Tales supuestos hechos punibles ocurrieron en la segunda quincena del mes pasado cuando unos pescadores filmaron el momento en que la industria estaba tirando desechos directamente al río Paraguay, que finalmente fue comprobado por la Fiscalía que eran sangre y agua.
La imputación pesa sobre los ciudadanos brasileños Adao Pereira Da Silva, gerente general de la empresa, y Antonio Gonzalves, jefe de la planta de tratamiento, quienes resultan ser los responsables de la empresa y se exponen a cinco años de cárcel o millonarias multas.
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Alvarenga indicó que accedieron al circuito cerrado de la empresa y se percataron de que efectivamente la cañería tenía averías que, en el momento en que intentaron reparar, los deshechos rebotaron y cayeron directamente al río. “El Juzgado de garantía, segundo turno, aceptó la imputación y ya fijó fecha de audiencia a los imputados”, señaló el fiscal.
La empresa había manifestado que el hecho fue producto de un accidente y que jamás hubo intención de dañar el ambiente.
La misma empresa ya había sido investigada tras la imputación de sus directivos en marzo del 2011, cuando técnicos de la entonces Secretaría Nacional del Ambiente (SEAM), actual Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sustentable (Mades), habían constatado que la empresa tiraba pura sangre de animales en el agua sin el debido tratamiento previo que exige la ley.
Tras ello, la empresa construyó una planta de tratamiento y había evitado tirar desechos al río, hasta que el mes pasado tuvo el problema.