Se trata de Pablo Sebastián Ayala y Pastor Salcedo Sanabria, quienes fueron imputados por la fiscala Carolina Martínez. Los hombres se desempeñan como sepultureros en el cementerio de Capiatá.
De acuerdo con el Ministerio Público, vecinos que residen en las cercanías del campo santo, denunciaron en la comisaría local que se estaba realizando un entierro en horas de la noche del pasado Viernes Santo. Los trabajadores hoy imputados se encontraban en compañía de los hijos de la persona fallecida.
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Los lugareños estaban temerosos de que la persona fallecida fuera un caso de Covid-19. Sin embargo, los hijos del fallecido presentaron a las autoridades un acta expedida por el Hospital Nacional del Cáncer (Incán), que constató cáncer como el motivo de fallecimiento.
Los imputados se negaron a prestar declaración frente a la fiscala del caso, pero el asesor jurídico de la Municipalidad de Capiatá declaró que los trabajadores no tenían autorización ni orden para realizar el trabajo de entierro.
La representante del Ministerio Público solicitó además al juzgado Penal de Garantías que aplique las medidas alternativas a la prisión preventiva para ambos sepultureros.
Hasta ahora son 147 los casos confirmados de Covid-19 en el país, según el último reporte del Ministerio de Salud Pública.