Los conciertos, fiestas o festivales generan un movimiento económico que beneficia a diversos niveles que intervienen para la generación de cualquier espectáculo. Hasta los vendedores ambulantes o fijos recaudan alrededor de algún evento. Su realización no se enmarca solo a su producción artística, sino que conlleva otros factores esenciales como la seguridad. No solo la seguridad que debería brindar la Policía Nacional, sino también la sanitaria. Esta tiene diversos niveles, como la atención de primeros auxilios cuando se trata de afecciones leves o aquellas de gravedad, que requieren evidentemente una infraestructura de mayor complejidad.
Lo ocurrido en San Bernardino, donde falleció la influencer Cristina Vita Aranda, expone la deficiente realidad del centro de salud de la ciudad veraniega sin los recursos requeridos para casos graves. El servicio que presta es para una atención primaria, pese a todo el movimiento que tiene la zona en el verano. Llama a la reflexión la falta de más inversión.
El médico Rubén Servián, amigo cercano de la familia Torres Aranda y quien estuvo participando del concierto Jau’mina, relató a Monumental la odisea que pasaron para intentar salvar la vida de la esposa del jugador Iván Torres. Dio los primeros auxilios a la influencer y acompañó a la víctima en una ambulancia que no contaba con los elementos básicos para auxiliarla hasta el Hospital Nacional de Itauguá. Explicó que ni la ambulancia ni el personal estaban preparados para situaciones de este tipo, que fueron solo con una sirena desde San Ber hasta Itauguá y que no se pudo intubar a la paciente. Fue una desorganización y desprolijidad total, expresó el médico. Salud aclaró que la ambulancia utilizada fue contratada por la organización del festival a una empresa privada.
Sonia Cáceres, de la Asociación de Empresas Paraguayas Proveedoras para Eventos (Aseppe), acusó que la Policía siempre les pide coima para los grandes eventos. Detalló que solicitan G. 5 millones para dar cobertura externa argumentando que es para el combustible o para la cena, pero que gratis no lo hacen. La Policía, respecto a lo sucedido en San Bernardino, se defendió diciendo que no les permitieron la entrada para controlar adentro debido a que contrataron guardias privados.
Viendo estas realidades, se impone que las autoridades de la Policía Nacional, ahora con nuevo comandante, y los organizadores de eventos dialoguen, lleguen a un acuerdo para que los controles y las medidas de seguridad sean eficaces y brinden confianza a los asistentes. No se puede desconocer que los eventos son importantes para la economía, pero para su realización se necesita del cumplimiento de estrictas medidas de seguridad. Debido al reciente suceso varios fueron suspendidos.
Los municipios también deben coadyuvar cuando en su zona existen reuniones multitudinarias como organizar el tránsito que facilite la circulación, especialmente para los casos de emergencia. Planificar los accesos a las zonas y las vías alternativas para evitar los embotellamientos.
Un protocolo de actuación interinstitucional: Policía, Salud, Municipalidad y sector privado, sería lo ideal para el futuro en casos de eventos masivos. Su realización no se debe dejar a la improvisación porque facilita el descontrol que puede terminar en desenlaces muy dolorosos que luego ya no se remedian.