En Sudamérica eso tiene vigencia más que nunca. Desde el acoso incesante de la pandemia y de las medidas antivirus a partir de comienzos de 2020, el escenario a considerar ha cambiado totalmente. Se empezó cayendo en recesión; las empresas se sometieron a medidas rigurosas de racionalización; muchas de ellas, especialmente entre las mipymes, quebraron o abandonaron la formalidad para pasar a la informalidad. Se perdieron decenas de miles de puestos de trabajo. Y la población fallecía a consecuencias del Covid19 o caía en sufrimientos insoportables a consecuencias del virus. Esto se extendió así hasta fines de 2021. En el 1er. bimestre de 2022 esas variables empezaron a cambiar a favor, pero el peligro no ha desaparecido todavía. En Paraguay, no solo por pandemia, sequía y sus consecuencias, todo pronóstico ha estado preñado de dificultades y el margen de error ha sido alto cuando se trataba de cuantificar variables económicas, sociales y ambientales.
DATOS NO CONFIABLES. Algunos amigos y colegas de ciencias sociales, así como de medios modernos de comunicación, se aventuraron a hacer en las primeras semanas del año en curso profusos pronósticos sobre el crecimiento del producto interno bruto, de la inflación, de las inversiones, del mercado del trabajo, etc. en nuestro país, ¡para el resto del 2022 y 2023!
Ahora, además de nuestra tradicional política económica, que es insoslayable causante interna de inflación, se nos vino encima la invasión genocida de Putin a Ucrania indefensa, que no forma parte de la OTAN y por eso no puede ser ayudado por ella. EEUU, Europa y varios países del Asia y de Oceanía solo pueden enviar armamentos y ayuda de todo tipo a Ucrania, pero no defender con tropas su territorio. Desde hace varios días, Putin está bombardeando sistemáticamente instalaciones militares, infraestructuras de todo tipo (¡también una central nuclear!) y objetivos civiles: viviendas, departamentos, escuelas, sanatorios y similares con altas bajas humanas. Está muriendo y va a seguir muriendo mucha gente en Ucrania. También entre los invasores rusos hay muertos. Algunas ciudades de Ucrania ya están en manos del ejército agresor. Ahora ya está cercando Kiev, la capital. Los ucranianos intentan salvar a niños y ancianos. Gran parte de los barrios de las ciudades en Ucrania ya están sin electricidad ni agua y hace mucho frío. Un millón de refugiados ucranianos están llegando a países vecinos del oeste. Según trascendidos, el ejército ruso busca asesinar ahora a Zelensky, el presidente de Ucrania, y colocar allí un gobierno afín a Putin. Occidente y países solidarios de Asia y Oceanía van a sancionar también a Bielorrusia, aliado incondicional de Rusia en la invasión de Ucrania.
FACTORES INTERNOS Y EXTERNOS. A consecuencia de todo ello, la inflación está aumentando considerablemente a nivel mundial, especialmente en petróleo y otras fuentes de energía, así como en alimentos y en logística. Dentro de esta conflagración mundial en cierne, pretender realizar análisis fidedignos de coyuntura es un desiderátum difícil. Los datos en los que confiábamos en meses anteriores a pesar de creciente mala calidad de gastos públicos locales, pandemia, sequía y sus consecuencias, han perdido vigencia hoy en día. Por otro lado, las mencionadas variables exógenas frenan el optimismo para este año, pero no se ha llegado a la catástrofe… ¿todavía?
Hoy, el pronóstico del PIB para 2022 en Paraguay es negativo. Se sabe que cae, pero no exactamente cuánto. La inflación se disparó y se ubica en torno al 10%. Así las cosas, el Banco Central aumentará aún más las tasas rectoras de interés.
Ojalá la comunidad internacional encuentre camino para detener al ogro terrorista con la más alta tecnología militar para invasiones por aire, tierra y agua. De lo contrario, el peligro de una 3ª Guerra Mundial estará en cierne