Esta peculiar historia tiene como protagonista a Rudi, el perro de una familia oriunda de J. Augusto Saldívar que salió asustado y aturdido de su casa el 13 de noviembre, en medio de los festejos por la consagración del Club Olimpia como campeón del torneo Clausura 2022.
Inmediatamente, todos comenzaron a preguntar a los vecinos del barrio y amigos si vieron a la mascota, pero el perro simplemente desapareció del lugar, contó su humano, Porfirio Marecos, a radio Monumental 1080 AM.
“Él se asustó por el estruendo de las bombas. Esa vez Olimpia salió campeón. Él escapó de la casa y desde ese entonces ya no regresó. Buscamos mucho por los alrededores, preguntamos a los vecinos y amigos, pero él desapareció”, relató el hombre.
Los días pasaron y la angustia por la falta de noticias sobre el paradero de Rudi seguía aumentando. La familia repartió afiches, realizó posteos en las redes sociales e incluso ofreció una recompensa a quienes ayuden a dar con el peludo, pero nada.
Hasta que, más de 20 días después y de la forma menos pensada, uno de los hijos de don Porfirio vio a su mascota en plena transmisión de la homilía del séptimo día de novenario a la Virgen de Caacupé.
La familia reconoció a Rudi de inmediato por su forma de caminar y una señora, que forma parte del coro de la Basílica, también ayudó a que el peludo fuese reconocido por sus dueños.
“Una señora que forma parte del coro de la Basílica les envía un mensaje y una foto que le mostré a mi señora y comenzó a llorar. De ahí fuimos directo a buscarle, sin dudar”, contó.
Rudi recorrió bastante durante su estadía en la Villa Serrana y fue visto por lugareños y vendedores ambulantes, que también aportaron datos.
Un día entero estuvieron por Caacupé, pero el primer intento para dar con Rudi no tuvo el resultado esperado. Sin embargo, la familia no desistió y siguió buscando a su amigo de cuatro patas hasta que, finalmente, lo vieron dentro de la Basílica.
“Le encontraron dentro de la Basílica muy débil, pero le llamé por su nombre y nos comenzó a abrazar y ya no nos soltó más”, dijo.
El hombre reconoció que no pensaba participar de la misa de Caacupé, pero ahora tiene un motivo para hacerlo.
“La Virgen le llevó hasta ahí y voy a ir a darle mi agradecimiento. Él es un miembro de la familia, el mimado y el guardián de la casa”, expresó. Tras su larga travesía, Rudi fue recibido con buena comida en la vivienda y muchos mimos.
De J. Augusto Saldívar a Caacupé son más de 30 kilómetros y la gran pregunta que se hacen los dueños de Rudi es cómo el perro llegó hasta la Basílica.