Rino Giret
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Para algunos habitantes de Hernandarias, la construcción de la línea de 500 kV, desde la represa de Itaipú hasta la subestación de Villa Hayes, se convirtió en un feroz negociado con la evidente complicidad de una rosca de funcionarios de la ANDE, mediante el pago de indemnizaciones infladas a propietarios de terrenos afectados por el trazado de la red eléctrica.
Un negociado del que se beneficiaron solo algunos, porque la mayoría de los dueños de inmuebles se lamentan de su suerte a sabiendas de que hubo una gran injusticia por parte de la ANDE, la empresa estatal que es propietaria de la nueva línea eléctrica.
En virtud de un convenio firmado con Itaipú, la ANDE se comprometió a despejar la franja inmobiliaria de seguridad donde se erigieron las torres del tendido eléctrico de 348 kilómetros. Para ello, concedió una reparación económica a los dueños cuyos lotes quedaron afectados por esa franja de seguridad o servidumbre. A cambio, cada propietario debía aceptar que se le restringa el dominio pleno y perpetuo de su inmueble, en una franja de 55 metros a cada lado de la línea.
¿Santa? Santa Celina Quintana Meza es una de las tantas personas para quienes la línea de 500 kV fue una “bendición”. El 12 de enero de 2012 Santa Celina compró por 8 millones de guaraníes el lote 3 de la manzana J, del barrio San Miguel, de Hernandarias. Se trata de un terreno de 360 metros cuadrados y que fue afectado por la franja de dominio de la línea de 500 kV en una superficie de 66 metros cuadrados.
El 26 de marzo de 2012 la ANDE realizó un avalúo de la parte del terreno afectado y concluyó que el monto de la indemnización debía ser de 2.468.030 guaraníes. Descontenta con la tasación, el 30 de ese mes, la mujer hizo una contraoferta a la ANDE y solicitó el pago de 40 millones de guaraníes.
Lo sorprendente del caso es que Santa Celina terminó cobrando, el 25 de julio pasado, de la ANDE la suma de 125 millones de guaraníes en concepto de indemnización por el daño causado a su lote. Es decir, cobró tres veces más de lo que ella misma había solicitado como reparación económica.
Lucía Garcete de Alcaraz, otra propietaria de un lote de 369 metros cuadrados, en el barrio San Francisco, de Hernandarias, llegó a tener mejor suerte. Según una tasación del terreno, hecha por la ANDE el 2 de setiembre de 2011, el monto era de casi 17 millones de guaraníes, cifra que la mujer rechazó.
El 7 de febrero pasado, en un documento interno de la ANDE, dirigido a su presidente, Carlos Heisele, se informa que se llegó a un acuerdo con la propietaria para pagarle G. 35 millones en concepto de indemización. El 20 de ese mes se labra hasta el acta de conformidad y se elabora el cheque a ser entregado, pero el acuerdo se anula, sospechosamente.
El 29 de mayo pasado, Lucía Garcete de Alcaraz percibió 210 millones de guaraníes de la ANDE en concepto de indemnización, seis veces más de lo que había acordado inicialmente.
Por algo se dice que cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía. Una limosna con fuerte olor a negociado.