El esfuerzo de adquisición y distribución equitativa de vacunas a nivel mundial tiene como objetivo asegurar las vacunas para al menos el 20% de la población más vulnerable de cada país.
Covax, dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la alianza GAVI, llegó a acuerdos con los fabricantes para 2.000 millones de dosis en 2021 y tiene la opción de otros 1.000 millones. Esto incluye 1.100 millones de dosis del Instituto Serum, que produce las vacunas AstraZeneca y Novavax.
La OMS del sudeste asiático tuiteó fotos de los primeros envíos.
Serum ya suministró al Gobierno indio millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, así como a otros países más pobres.
El director de la empresa, Adar Poonawalla, instó el domingo a otros países a ser “pacientes”, afirmando que había recibido instrucciones de dar prioridad a su mercado interno sobre las exportaciones.
PEKÍN ACELERA. China espera aumentar la producción de sus vacunas contra el Covid a 2.000 millones de dosis este año y a 4.000 millones en 2022, un ambicioso plan con el que Pekín aspira a convertirse en el gran distribuidor del fármaco en los países en desarrollo.
Según declaró recientemente a la prensa local el presidente de la Asociación de la Industria de Vacunas de China, Feng Duojia, estas 4.000 millones de dosis cubrirán hasta el 40% de la demanda global.
Entretanto, China ya ha distribuido dosis de sus vacunas a 22 países en desarrollo y prestado asistencia a 53, cifra que seguirá aumentando a medida que Pekín alcance más acuerdos con las naciones africanas.
Solo la firma china Sinopharm ha distribuido ya 43 millones de dosis de su vacuna, de las cuales 34 millones se han administrado en el país asiático, cuya campaña de vacunación se reduce, por el momento, a inocular a grupos considerados con alto riesgo de contagiarse con el Covid-19, de acuerdo con la cadena estatal CCTV.
Con vistas al extranjero, las vacunas desarrolladas por Sinopharm y las también chinas Sinovac y CanSino están siendo empleadas en África, el Sudeste Asiático y Latinoamérica, mientras que en Europa solo han llegado a Serbia –país aliado de Pekín– y Hungría.
ABASTECIMIENTO. La ingente capacidad de producción china y su rapidez a la hora de distribuir las vacunas han seducido a Latinoamérica, donde más de una docena de países ya han recibido o esperan sus primeras dosis. A Uruguay llegarán este jueves 192.000 dosis de la vacuna de Sinovac, al que hay que sumar otro millón y medio que estará disponible a partir del 15 de marzo, informó el lunes el presidente del país suramericano, Luis Lacalle Pou.
Mientras, en México ya están a disposición 200.000 vacunas de esa firma, las cuales se aplicarán en su totalidad en el municipio de Ecatepec.
En la misma línea, Chile espera para esta semana la llegada de dos nuevos cargamentos del mismo laboratorio, con más de dos millones de dosis cada uno, así como República Dominicana, que recibirá 768.000 dosis.
Países como Brasil o Perú también administran las vacunas chinas, mientras que otros como Colombia acaban de recibir un segundo lote –192.000 dosis de Sinovac– y Bolivia aguarda la llegada de medio millón de Sinopharm, fármaco que también acaba de ser autorizado en Argentina.
Al país austral llegarán esta semana un millón de dosis.
En ambos casos se trata de vacunas “inactivadas”, lo que significa que portan una versión del virus alterada genéticamente que le impide reproducirse y desarrollar la enfermedad, pero que genera una respuesta inmune en el organismo.