De acuerdo con el más reciente boletín divulgado por la Agencia, la mayoría de las víctimas murieron porque “fueron aplastadas por los escombros de un edificio que se derrumbó cuando ocurrió" el sismo, registrado a las 13.21 hora local (6.21 GMT) del lunes cerca de la localidad de Cianjur.
La víspera, el gobernador de Java Occidental, Ridwan Kamil, llegó a informar de 162 decesos, aunque este martes BNPB situó en 103 las víctimas mortales verificadas hasta el momento.
Sin embargo, las autoridades indonesias coinciden en que el número de fallecidos deberá aumentar en las próximas horas en medio del caos desatado por el temblor y ante los riesgos de nuevos corrimientos de tierra, que suelen ser bastante usuales en esa región.
BNPB “continúa recopilando datos relacionados con la cantidad de muertes, daños a la infraestructura, ubicaciones de refugiados y necesidades urgentes”, señaló la institución en el informe.
Según el reporte, por lo menos 25 personas siguen desaparecidas, por lo que los equipos de búsqueda y rescate han intensificado este martes las labores para localizar a posibles supervivientes de la tragedia.
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La Agencia Nacional igualmente actualizó desde 92 hasta 390 el número de heridos tras el terremoto, la mayoría en el distrito de Cianjur, mientras que el total de personas desplazadas hasta el momento ascendió a 7.060.
Asimismo, en cuanto a los daños causados en materia de infraestructura, las autoridades informaron de que 3.075 viviendas sufrieron daños leves, 33 daños moderados y 59 daños graves.
El terremoto de magnitud 5,6 sacudió la provincia de Java Occidental, la más poblada de Indonesia con casi 50 millones de habitantes, y, hasta la mañana de este martes, se registraron 118 réplicas, con magnitudes entre 1.5 y 4.2.
Los sismos son frecuentes en el país asiático, que se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría de ellos moderados.
Una de las catástrofes más mortíferas en Indonesia se remonta a 2004, cuando un fuerte terremoto en el norte de la isla de Sumatra generó un tsunami que causó más de 226.000 muertos en una docena de naciones bañadas por el Océano Índico.