Por su parte, el viceministro del MIC, Francisco Ruiz Díaz, indicó que ya se invirtieron USD 443,3 millones en plantas de San Pedro y Nueva Esperanza y que la firma exporta a Holanda, Singapur y Vietnam.
Olmedo destacó que unas 10.000 familias dependen de la cadena de producción total en el país, y que de 250 a 300 camiones por día moviliza el ingreso de materia prima (cereales y caña de azúcar) y salida de productos finales.
Hace 15 años arrancó la evolución con una pequeña planta en Nueva Esperanza, a partir de mandioca, con 30.000 litros de capacidad diaria. Como lo expresó Olmedo, una inversión de USD 150 millones permitió la adquisición de nuevas calderas y para 2018 se iniciaron las operaciones en San Pedro, con una inversión similar.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppEso dio paso a la generación de 1,3 millones de litros de alcohol por día; cuyo 60% se comercializa en el mercado interno y el resto es exportado.
impacto. “Un distrito históricamente necesitado como Guayaibí encontró la oportunidad de que se instalara una fábrica y calculamos unas 5.000 familias en la cadena de producción; más otras 3.000 en Nueva Esperanza y 2.000 en el área agrícola de Santa Teresa, con lo que sumaríamos unas 10.000 familias”, destacó al tiempo de mencionar que la planta de cereales puede trabajar 365 días al año, salvo los mantenimientos que se hacen cada 2 o 3 años.
El vicepresidente de la compañía agregó que, por gestiones del gobierno, se aumentó la importación de vehículos nafteros, que requieren un porcentaje alto de alcohol en su formulación, hasta el 27%. En este sentido, expresó que existe preferencia por el etanol derivado de la caña de azúcar, pero que siempre hay flexibilidad cuando se trata de habilitar también a los que son de origen cerealero.
Apuntó además que hay reuniones mensuales con productores y el MIC, donde se informa la producción mensual y las previsiones; y enfatizando que la mayor oferta disponible es del etanol de cereales y no de caña. “Entendemos el impacto social de la caña, pero la delimitación territorial es importante y la caña debe estar cerca del acopio; sin embargo, el maíz es más flexible: compramos hasta de Colonias Unidas; mientras la biomasa llega de Misiones y también la cascarilla de arroz, para ser quemada en la caldera”, enfatizó.
La expansión hacia el Brasil se materializó con dos plantas en Matto Grosso do Sul y una en Dourados. Con orgullo, el directivo destacó que en esos lugares se enarbola la bandera paraguaya mediante plantas instaladas en el vecino país, ámbito muy competitivo en este segmento.
Inpasa también exporta aceite a base de maíz y pellets de maíz.