A partir de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares Continua del cuarto trimestre de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE), Ibarrola destaca que el crecimiento económico sostenido del país “no siempre se tradujo en empleos formales de calidad al mismo ritmo”.
El análisis muestra que, en el promedio general, los empleados públicos perciben un salario mensual 60% superior al de los empleados del sector privado, ya que el ingreso promedio de un funcionario público es de G. 4.907.726, mientras que el de un trabajador del sector privado alcanza los G. 3.112.605. Los trabajadores por cuenta propia, por su parte, ganan en promedio unos G. 2.080.182 mensuales.
No obstante, el análisis profundiza desagregando los datos, según niveles de formalidad. Cuando se consideran solamente los trabajadores formales, los empleados públicos ganan en promedio G. 5.273.536 mensuales, mientras que los empleados del sector privado formales reciben unos G. 3.754.241, es decir, casi 40% menos.
Entre los trabajadores informales, los funcionarios públicos perciben G. 3.541.787 al mes, frente a los G. 2.707.436 que ganan los empleados privados, marcando una diferencia del 31%. Los trabajadores por cuenta propia informales tienen un ingreso promedio de G. 1.670.356, mientras que los formales alcanzan G. 4.303.916, es decir, tras formalizarse ya perciben un salario de incluso el doble, explica Rodrigo Ibarrola.
formación. El panorama mejora aún más para aquellos trabajadores formales que cuentan con educación universitaria. En este segmento, los empleados públicos perciben en promedio G. 6.994.621 mensuales, mientras que los empleados privados alcanzan los G. 6.088.340. Los independientes formales con educación universitaria logran ingresos promedio de G. 8.884.164.
Finalmente, al considerar también la experiencia laboral de 5 años o más, los datos recogidos por el profesional muestran un cambio aún más relevante, ya que los empleados privados con experiencia superan levemente en ingreso a los empleados públicos.
Un asalariado privado formal con educación universitaria y experiencia percibe en promedio G. 7.310.814 mensuales, frente a los G. 7.308.444 de su par del sector público, mientras que los trabajadores por cuenta propia alcanzan ingresos promedio de G. 9.260.792.
Aunque el informe resalta que la vía más segura para alcanzar un mejor ingreso en Paraguay es la combinación de trabajo formal, educación superior y experiencia profesional, Ibarrola advierte que “lastimosamente, obtener un trabajo formal y acceder a la educación universitaria aún es un privilegio de los que pocos pueden presumir” en el país. Además, señala que en los picos de crecimiento de empleo, no menos de la mitad de los puestos creados son informales, lo que consolida los problemas de bajos ingresos y vulnerabilidad social. Para revertir esta situación, el analista subraya la necesidad de transformar la estructura productiva del país, impulsando la creación de mano de obra calificada, las manufacturas de mayor valor agregado, servicios modernos y cadenas de valor agroindustriales inclusivas. “La economía paraguaya necesita expandirse hacia sectores más intensivos en mano de obra calificada y menos expuestos a los vaivenes climáticos para diversificar la estructura productiva y fomentar empleos de calidad. Es imperativo acelerar la transformación estructural y la diversificación, algo reconocido por analistas que enfatizan la necesidad de reducir la dependencia de unos pocos rubros primarios”, concluye el análisis.