La deuda externa paraguaya se duplicó durante el mandato de Horacio Cartes.
De acuerdo con el informe del Ministerio de Hacienda, al cierre del 2017 los compromisos del Estado con acreedores internacionales alcanzaron los USD 5.592 millones.
Esto representa un crecimiento del 109%, considerando que al asumir Cartes en 2013 la deuda externa era de USD 2.674 millones (ver infografía).
En relación al Producto Interno Bruto (PIB), la deuda externa trepó al 19%, con un incremento de 9,8 puntos porcentuales con respecto al año 2013.
Los compromisos internacionales representan el 78% de la deuda pública total, que al cierre del 2017 llegó a los USD 7.167,9 millones. Los restantes USD 1.575,9 millones (22%) corresponden a la deuda contraída a nivel doméstico.
Acreedores. Según el informe oficial, la deuda externa que tiene el Estado se debe principalmente a la emisión de bonos soberanos. A la fecha, el país colocó títulos por USD 2.880 millones en el mercado internacional.
Además, los préstamos vigentes con organismos multilaterales totalizan los USD 2.461,9 millones. Los principales entes acreedores son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con USD 1.296,6 millones; el Banco Mundial, con USD 599,8 millones; y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), con USD 323,8 millones.
Los restantes USD 211,5 millones corresponden a compromisos tomados con instituciones bilaterales.
Pese a este acelerado crecimiento de la deuda externa, el Gobierno pretende salir nuevamente al mercado internacional en febrero, para emitir bonos por USD 602 millones.
A esto se sumarán otros USD 560 millones que serán prestados por el BID y el CAF para la reparación de la Ruta Transchaco. Ambos créditos ya fueron aprobados por sus respectivos directorios y deben ahora tener la aprobación del Congreso Nacional.
Prudencia. Para los economistas César Barreto y Manuel Ferreira, ex ministros de Hacienda, si bien el nivel de la deuda es aún bajo en comparación al PIB, lo que sí preocupa es el ritmo con el que crece el mismo.
Según Barreto, a este ritmo la deuda se convertirá en una cuestión insostenible. Sostuvo que los bajos niveles de pasivos se convierten en activos importantes para enfrentar situaciones críticas en el futuro.
“Mientras más baja mantenemos la deuda, somos más solventes para enfrentar situaciones de crisis económicas o financieras. Eso hay que tener muy en cuenta porque nuestra economía es muy volátil y tenemos que tener un margen de endeudamiento para enfrenar estas situaciones en el corto plazo”, expresó.
Por su parte, Ferreira añadió que lo más preocupante es el destino que se da a los recursos que se obtienen vía endeudamiento. En ese sentido, indicó que se deben priorizar las obras de infraestructura que den un retorno al Estado, pero en los últimos años gran parte de estos recursos fueron al repago de la deuda.
