La Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) se ratificó ayer, ante una versión que ponía en duda su real participación en el operativo, en que fueron ellos quienes abatieron a cuatro supuestos combatientes de la Agrupación Campesina Armada - Ejército del Pueblo (ACA-EP) y no los marihuaneros; pero, como siempre, omitió dar detalles, alegando “razones de seguridad”.
“La neutralización de cuatro terroristas, responsables del secuestro y asesinato del joven Jorge Ríos, asesinatos de policías, extorsión a ganaderos, es resultado de la acción propia del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI-FTC) y la Policía Nacional”, dice parte de un comunicado que fue difundido por el vocero, coronel Luis Apesteguía.
SIN EMBARGO... En Nota 139/2021 en la que se eleva el informe del procedimiento al comandante interino del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI), coronel Narciso López Basualdo, se describe lo acontecido el 19 de noviembre en el Parque Paso Bravo. “Al respecto –dice la nota–, en el día precitado, elementos e operaciones especiales de la FTC que se encontraban en patrulla de búsqueda y reconocimiento especial (...) en base a información de inteligencia de que podrían estar en el sector miembros de grupos criminales vinculados al terrorismo y otros, siendo aproximadamente las 12:30 horas, escuchan disparos de armas de fuego, (...) en donde (...) constatan inicialmente 3 cuerpos sin vida...”.
Y hay más: “Procedieron a continuar con el proceso de revisión (...) y, pasado un cierto tiempo, al sur de la posición inicialmente descripta, el personal vuelve a percibir disparos de arma de fuego, (...) constatándose, una vez despejado el sector, un cuarto cuerpo tendido en el suelo, sin signos de vida...”.
“LA MAYOR MENTIRA”. La versión que contradecía a la FTC fue instalada por el político y ex intendente de San Carlos del Apa, Luis Aníbal Schupp, quien en sus redes sociales aseguraba: “La mayor mentira: FTC no participó, los que ejecutaron fueron marihuaneros y cocaineros con varias pistas de aviación”, escribió el hombre y así fácilmente el descrédito sobre las actuaciones de los agentes uniformados en el “combate al EPP” afloró una vez más en numerosos comentarios al respecto en las redes sociales.
Apesteguía dijo que eran especulaciones, pero, acerca del manto de duda, afirmó que no se puede esclarecer “por razones de seguridad”.
“No podemos dar detalles operacionales y aspectos de operaciones de inteligencia, porque pondríamos en riesgo otras operaciones en curso. Arriesgaríamos la vida de militares, policías y civiles”, interpuso a modo de excusa.
31 personas vinculadas a grupos armados que operan en el Norte fueron abatidas en los últimos once años.
Otros operativos bajo la lupa de la opinión pública
En setiembre del 2020, un operativo realizado en Yby Yaú, donde murieron dos niñas, despertó una serie de críticas por las dudas debido a las escasas explicaciones.
“Los procedimientos durante el operativo en el que resultaron víctimas las dos niñas son confusos y han dejado muchas dudas e interrogantes. Los órganos institucionales involucrados, el Comando de Defensa Interna y el Ministerio Público, así como otras autoridades competentes deben arbitrar todos los medios necesarios para el completo esclarecimiento de los hechos ocurridos, en la mayor brevedad”, decía la Conferencia Episcopal Paraguaya, a través de un comunicado.
Organismos internacionales también cuestionaron duramente lo sucedido.
Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y Morris Tidball-Binz, relator especial de la ONU, se comunicaron con la Cancillería paraguaya, expresando su preocupación sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.
Las fuerzas de seguridad también alegaron que no podrían dar mayores detalles “por razones de seguridad”.
El operativo no fue grabado porque los equipos no funcionaron, había explicado el general Héctor Grau, que en ese entonces estaba al frente de la FTC.
En noviembre de este año, Antonio Espínola (66), un hombre que se encontraba de caza en una zona boscosa del distrito de colonia San Alfredo, fue muerto por las balas de los agentes de seguridad, que lo confundieron con un miembro de los grupos armados. Su amigo Ramón Diana Martínez logró sobrevivir.