El juicio oral contra el ex párroco de Limpio Silvestre Olmedo inició alrededor de las 10.30 de este viernes en el Juzgado de San Lorenzo. La denuncia en su contra data del 2016 por parte de una joven catequista que relató haber sido manoseada.
La defensa del sacerdote plantea una serie de incidentes, informó el periodista Elías Honzi.
Si bien en principio la causa se trató como coacción sexual y violación, finalmente el religioso fue acusado de acoso, cuya expectativa de pena privativa de libertad es de hasta dos años. De esta manera, consiguió medidas alternativas a la prisión, luego de permanecer un tiempo en la cárcel de Emboscada.
La defensa espera una condena, aunque la pena sea baja, al menos para sentar un precedente en casos que involucran a representantes de la Iglesia.
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Entre los testigos, se encuentra monseñor Edmundo Valenzuela, quien al principio había minimizado la denuncia pidiendo que no se intente “hacer de una piedrita una montaña”, expresión que luego le valió un pedido de disculpas.
De hecho, en el fuero canónico, el presbítero admitió que actuó de forma “inapropiada” con la joven. Pero esto es asimilado por la Iglesia como “gesto indecoroso”, por lo que solo le impuso como sanción “ejercicios espirituales” en un retiro “para reparar el daño moral”.
La víctima era coordinadora de la pastoral juvenil de la parroquia San José de Limpio. El episodio denunciado ocurrió en el 2016 y, desde entonces, la mujer ya no volvió a misa.
Desde la denuncia, la defensa de Olmedo presentó recursos que dilataron el proceso.
Varios pobladores de esa ciudad manifestaron su apoyo al cura y cuestionaron la acusación por parte de la denunciante, quien a su vez tiene el apoyo de organizaciones que activan por los derechos de las mujeres.
Durante el desarrollo del juicio, algunas personas que apoyan a la víctima se acercaron hasta el Palacio de Justicia de San Lorenzo para repudiar a Olmedo.