Los injertos fueron utilizados para tratar a pacientes que presentan déficit o pérdida de tejido óseo debido a diversas causas, como osteomielitis crónicas, secuelas de accidentes de tránsito, aflojamiento de componente acetabular de prótesis de cadera, lesiones tendinosas o ligamentarias, y accidentes laborales o deportivos.
La contribución entre entidades permitió la recepción, almacenamiento y procesamiento de los tejidos, que es fundamental para el éxito de los injertos, según un comunicado de la previsional.
El doctor Héctor Llano, coordinador del área de Banco de Tejidos del IPS Ingavi, explicó que los injertos son obtenidos de donantes cadavéricos, según protocolo emitido por el Instituto de Ablación y Trasplante (INAT). Los injertos son sometidos a rigurosos estudios y procesamiento para garantizar su seguridad biológica.
Los injertos utilizados son de “osteotendinoso criopreservado” y han sido distribuidos en las áreas de cirugía del Hospital Ingavi. Los pacientes beneficiados son seguidos por especialistas que informan sobre su evolución al Banco de Tejidos.
La utilización de tejido osteotendinoso es común en reconstrucciones de ligamentos, tendones y hueso esponjoso, así como en injertos estructurales en cirugía de rescate protésico y déficit de tejidos en huesos largos. Esta técnica ha demostrado ser efectiva para mejorar la calidad de vida de los pacientes que han sufrido lesiones óseas graves.