Lo comprobaron —de momento en animales— un equipo de científicos españoles, que demostraron con estos resultados que se pueden mejorar la eficacia y la respuesta inmune de las vacunas, particularmente en algunos segmentos de la población y también frente a las variantes del patógeno que pueden reducir la eficacia de esas vacunas y contribuir así a una mejor protección de la población frente al Covid-19.
Los resultados de la investigación, que se publicó este jueves en la revista Frontiers in Inmunology, arrojaron una contundente evidencia científica: la mortalidad de los ratones infectados fue significativamente menor cuando recibieron esa inmunoterapia (MV130) antes de la infección.
En la investigación participaron numerosos centros, coordinados por los investigadores Carlos del Fresno, del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz; Juan García Arriaza y Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); y David Sancho, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
La llegada de las vacunas fue la mejor arma contra la pandemia, subrayaron el CNIC y el CSIC en una nota difundida esta jornada, pero constataron la necesidad de disponer de herramientas efectivas y rápidas para responder a la aparición de nuevos virus, algo que se puede conseguir mediante el entrenamiento de la respuesta inmunitaria.
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Y la inmunoterapia compuesta por bacterias muertas (denominada MV130), producida por la empresa española Inmunotek (Alcalá de Henares, Madrid), demostró esa eficacia en los experimentos que ya se realizaron en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), en Madrid.
David Sancho explicó a EFE que se trata de un medicamento en investigación en España que ya se utilizó en ensayos clínicos con buenos resultados en infecciones recurrentes respiratorias en niños y adultos y aseguró que se podría fabricar en cantidades suficientes para administrar a grupos de riesgo, como mayores de 70 años.
El científico explicó que serviría para reforzar la inmunidad innata “si nos enfrentamos a una nueva situación de un patógeno respiratorio frente al que no tenemos una vacuna específica, o para reforzar vacunas con limitada eficacia, como podría ser la gripe”.
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“Dada la alta eficacia de las vacunas frente al Covid-19, creemos que su aplicación se limitaría a aquellos individuos que pueden tener una menor respuesta a la vacunación”, explicó Sancho y aseguró que disponen ya de datos en ratones —que aún no publicaron— que muestra que esta inmunoterapia es eficaz contra otros virus, por lo que podría funcionar también para otras infecciones.
El CNIC y el CSIC recordaron que hasta hace pocos años se creía que la inmunidad específica (o adaptativa) era la única que poseía memoria (capacidad de recordar patógenos previos como virus o bacterias) y desencadenar la respuesta para defender el organismo, mientras que la inmunidad innata (no específica para un patógeno concreto) no tenía esa capacidad.
“Hoy se sabe que se puede entrenar la inmunidad innata para conseguir una mejor respuesta frente a infecciones posteriores no relacionadas; por ejemplo, entrenar la inmunidad innata con preparados bacterianos para proteger frente a infecciones virales, como SARS-CoV-2 , y que dicho entrenamiento perdura en el tiempo”, según David Sancho.
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Los investigadores estudiaron si esta inmunoterapia, aplicada de modo anterior a la administración de las vacunas contra el Covid, podría mejorar las respuestas inmunitarias generadas por esas vacunas y demostró que sí.
“El resultado evidente que los animales que recibieron MV130 de modo previo a la vacunación y, por tanto, tenían el sistema inmunitario innato entrenado, mostraban mejores respuestas inmunitarias tras la vacunación”, dijo el científico Carlos del Fresno.
En el mismo sentido, el investigador Juan García Arriaza aseveró que la inmunoterapia con este “preparado” protege de manera directa contra la mortalidad por el coronavirus SARS-CoV-2 y ayuda a mejorar las respuestas inmunitarias generadas por las vacunas.
“Se trata de unos resultados relevantes que indican que, en el caso de futuras nuevas infecciones causadas por patógenos emergentes, la inmunoterapia con MV130 podría proteger a grupos particularmente sensibles al patógeno hasta la llegada de vacunas específicas frente a antígenos asociados al patógeno”, apuntó Mariano Esteban.