“El humo tiene varias partículas, pero las que son más pequeñas son las más peligrosas y perjudiciales”, explicó en una entrevista con Última Hora. “En vista de que lleva sustancias tóxicas, puede producir enfermedades pulmonares o exacerbar las ya existentes”.
Entre los síntomas que pueden aparecer o empeorar destacó la tos seca, el aumento de las mucosidades, las congestiones nasales, las alergias, irritaciones de conjuntivitis, de la garganta, dificultad para respirar, dolor de pecho. “Puede haber tendencia a producir hongos y esporas, esas esporas de los hongos que aspiramos y producen problemas pulmonares bastante delicados”.
Añadió entre los posibles efectos las exacerbaciones de asma, de enfermedades cardiovasculares como la presión alta, descompensaciones metabólicas como la diabetes. Y en los niños podría producirse “lo que vulgarmente conocemos como chillido de pecho, que sus bronquios estén más sensibles”.
Actividades . En este sentido, la profesional recomendó que los niños no asistan a clases en el caso de que el aire se halle en rangos insalubres. Indicó que debe existir una buena hidratación y alimentación y una limpieza exhaustiva de los espacios dentro y fuera de la casa. “Evitar la contaminación interior que producimos en nuestras casas, como el encendido de velas e inciensos, el uso de estufas o leña”.
El doctor Robert Núñez, pediatra del policlínico municipal, pidió no bajar la guardia y prepararse ante otro posible escenario de contaminación en el ambiente. Instó a usar tapabocas, hacer actividades bajo techo como lecturas y juegos lúdicos y prestar una atención privilegiada a la nutrición. “La buena alimentación nos llena de vitaminas y minerales que ayudan a las células a prepararse para cualquier intoxicación”, apuntó.