Esto durante la apertura del Año Jubilar de la Vida Consagrada que se lanzó ayer en la Catedral Metropolitana, en el marco del Jubileo del 2025. ‘‘Existen corazones desgarrados, atormentados e invadidos por la tristeza, la desesperación y el sinsentido de la vida’’, señala el mensaje.
‘‘La violencia, la desigualdad, la corrupción, el tráfico de armas, el irrespeto y falta de cuidado de la madre naturaleza y sus consecuencias constituyen factores que amenazan gravemente la ‘‘paz tanto a nivel nacional como mundial’’, dice el comunicado que la Hna. Raquel Peralta, presidenta de Conferpar, leyó al término de la misa.
Además, los religiosos señalaron situaciones que afectan a sectores vulnerables, como ‘‘el atropello a los derechos humanos, el desprecio a los inmigrantes, la indignante situación de los campesinos, indígenas y otros sectores sociales, la dolorosa realidad de los niños y jóvenes en situación de calle y adicción, el aumento del feminicidio y la alarmante situación de las cárceles’’.
Frente a este panorama, Conferpar exhorta a los religiosos a resistir y “esperar contra toda esperanza y que impulse a las comunidades religiosas a salir al encuentro de los más vulnerables, siendo “peregrinos de esperanza por el camino de la paz”.
Conferpar señala que la sinodalidad es un “destello de esperanza” para enfrentar los retos actuales y llama a fomentar una revisión y renovación de los carismas como también urge ‘‘la resignificación y reestructuración’’ de institutos y congregaciones, avanzar en la dinámica de ser comunidades radicalmente humanas, circulares, compasivas.
MENSAJEROS DE ESPERANZA. El cardenal Adalberto Martínez agradeció a religiosos y religiosas por su entrega y compromiso con los más necesitados, en un contexto social marcado por la polarización y las desigualdades. Destacó su vocación como un camino de servicio inspirado en Cristo y las llamó a ser ‘’mensajeras de esperanza’’ frente a las heridas del mundo.
Indicó que al optar por la pobreza, la castidad y la obediencia, las religiosas se convierten en profetas que iluminan y denuncian las injusticias sociales y el sufrimiento de los más vulnerables. Las exhortó a mantener viva la llama de la fe para llevar consuelo a quienes viven en desesperanza, siguiendo el ejemplo de Jesús al ‘‘tocar las heridas del mundo’’.