El presidente del Centro de Ayuda a los Enfermos con Cáncer, Eduardo Sánchez, explicó que vienen trabajando desde hace tiempo con ídolos del fútbol en una campaña permanente sobre la concientización de la donación de órganos, quienes además acceden a visitar a los pacientes en los hospitales.
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Sánchez señaló que la Ley 6170/18, también conocida como Ley Anita, convierte a todas las personas mayores de 18 años en donantes, salvo expresa negación, pero la problemática radica en la donación infantil, ya que se debe contar con la autorización de los padres.
La doctora Soledad Álvarez Núñez, cardióloga infantil del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, habló sobre la importancia de las campañas de concientización y la difusión del tema, ya que existe desconocimiento de parte de los padres, “independientemente de la clase social”.
Asimismo, contó que en el año 2012 se tuvo el primer trasplante de corazón a un niño en un hospital público y que dos años después se tenía una buena racha de trasplantes, pero hace como dos años que se redujo bastante la cifra y la comunicación de instituciones de potenciales donantes.
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En ese sentido, indicó que hay tres niños en lista de espera de un donante de corazón y que una de las pacientes, de casi 3 años, se encuentra con prioridad total, pero necesita un donante que pese entre 20 a 25 kilos aproximadamente; es decir, su donante debería ser también un niño o niña.
Entre tanto, recordó el fallecimiento a inicios de este mes de la niña Daniela Luján Trinidad Paniagua, de solo 10 años, quien se encontraba con un corazón artificial a la espera de un donante, “que nunca llegó”.
Así también, refirió que dos pacientes más se encuentran en la lista de espera, con medicación y controles mensuales, pero esperando en sus casas por un donante.
De la misma manera, insistió en la necesidad de que se hable sobre el tema en las parroquias, colegios y en todo lugar donde se reúnan las personas.
“Entendemos siempre que la pérdida de las familias del potencial donante es grande, comprendemos el sufrimiento, pero de igual manera siempre pedimos que tomen conciencia de que ese órgano le va a servir a otro niño”, remarcó.
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Entre otras cosas, describió que cuando hay muerte cerebral ya es irreversible e inminente la muerte, debido a que los órganos van perdiendo funciones en pocos días más, pero depende de los padres decidir sobre la donación de órganos de sus hijos.
Finalmente, especificó que para que un paciente pueda ser donante es necesario que exclusivamente tenga muerte cerebral y que de igual manera se deben hacer una serie de estudios para certificar la muerte cerebral, además de pruebas para descartar que el paciente sea portador de infecciones o enfermedades transmisibles.
El director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), Gustavo Melgarejo, había expresado a este medio que estadísticamente la mortalidad del grupo etario de los menores es mucho menor y que además pasa también por la voluntad de los padres.