Este 12 de junio, día en que se conmemora la Paz del Chaco, en uno de los lugares históricos que es Puerto Casado, Alto Paraguay, donde desembarcaron los combatientes para luego internarse en el campo de batalla, dos instituciones educativas tomaron la iniciativa de conmemorar esta fecha tan importante.
Como parte de un proyecto educativo, el Centro Educativo Domingo Savio fue el primero a tempranas horas en realizar el desfile y rendir homenaje frente al monumento a los Defensores del Chaco, en la costanera de la ciudad. Luego, siguió el Colegio Nacional Juana María de Lara, cuyos alumnos marcharon hasta el mismo sitio.
El director del Centro Educativo, Francisco Villasboa, dijo que como institución recabaron algunos datos dentro del proyecto que venía trabajando y los chicos se organizaron para que puedan hoy llegar al monumento a rendir homenaje.
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Por su parte, la directora del Colegio Nacional Juana María de Lara, María Laura Díaz, indicó que, como formadores, “es nuestra obligación hacer este pequeño acto, independientemente de que las autoridades lo organizaron o no”. “Está en nosotros, los educadores, tener iniciativa de estos festejos patrios”, agregó.
La docente Laura Cabral mencionó que el proyecto educativo del colegio nacional se denomina Ñamomoravo Chacorépe. “Es para traer a la memoria de los estudiantes la importancia de la Paz del Chaco, que se firmó un 12 de junio de 1935. No tenemos que olvidar nuestra historia y que muchas cosas no se vuelvan a repetir, como la guerra”, expresó la educadora.
De esta manera, los estudiantes acompañados de sus respectivos docentes desarrollaron esta actividad conmemorativa en la ciudad que fue durante la guerra de vital importancia, es el lugar por donde pasaron más de 30.000 combatientes para defender la soberanía paraguaya.
En la localidad chaqueña aún siguen vigentes los vestigios de la guerra del Chaco, como los antiguos trenes que transportaron soldados, materiales bélicos y alimentos, así como edificios que sirvieron de hospital, enfermería y banco de sangre, además de la ex casa y oficina del Mariscal José Félix Estigarribia y los viejos muelles de desembarque que siguen resistiendo con el paso del tiempo a pesar de deterioro de las estructuras.