Esta expresión fue celebrada por el sector que defiende “la vida desde la concepción”. Quienes defienden la idea de que la mujer “puede hacer de su cuerpo lo que quiera”, insistieron en el respeto por sus derechos.
No obstante, Insulza afirmmó que “el aborto existe. Es una realidad que está ahí. Por lo tanto, hay que dar solución al problema. Este tema no se discutiría en ninguna política si no fuera porque es un problema social. La cantidad de aborto clandestino es un problema inmenso. No conozco quién promueve el aborto; pero hay que abordarlo con seriedad y no dar la espalda a la realidad”, indicó.
Participaron cerca de 500 organizaciones de sociedad civil de diferentes organizaciones del continente. El moderador fue el embajador Alfonso Quiñonez, secretario de Relaciones Externas (SRE) de la OEA.
Una de las funciones de esta Secretaría es coordinar las relaciones con la sociedad civil.
El encuentro con la sociedad civil, según informó la OEA, se aprovechó para hablar de diversas violaciones de derechos humanos, como la violencia y discriminación que sufren las minorías en el continente, las agresiones de que son objeto los defensores de los derechos humanos en la región; los derechos de los afrodescendientes; los derechos de los pueblos indígenas; los derechos de la comunidad LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, transgéneros e intersexuales); la criminalización de varios actos sexuales en algunos países de las Américas y los derechos de la mujer.
Insulza valoró la voluntad de muchos indígenas paraguayos que se organizan para defender sus derechos.