Según esos medios, la directora de la inteligencia estadounidense, Avril Haines, envió una carta a un grupo de legisladores para informarles de que su oficina llevará a cabo “una evaluación” de los riesgos para la seguridad de Estados Unidos que podrían haber resultado de la divulgación de los documentos que tenía Donald Trump.
Hasta ahora, se desconoce por qué el exmandatario tenía en Mar-a-Lago (Florida, EEUU) esos documentos y quién tuvo acceso a su contenido.
Esta es la primera vez que la inteligencia de EEUU admite la posibilidad de que se haya puesto en peligro la seguridad del país por los archivos que Donald Trump tenía en su mansión de Florida y que fueron recuperados por el FBI durante un registro el pasado 8 de agosto.
La información que ha hecho pública el Departamento de Justicia hasta ahora muestran que Donald Trump y su entorno podrían estar siendo investigados por tres delitos: obstrucción a la justicia, destrucción de documentos y violación de la ley de espionaje, que acarrean penas de cárcel.
Según Político y CNN, Haines mandó la carta ayer vienes y estaba dirigida a la presidenta del comité de Supervisión del Gobierno de la Cámara de Representantes, Carolyn Maloney, y al presidente del comité de inteligencia de esa cámara, Adam Schiff.
En un comunicado, Maloney y Schiff aplaudieron la decisión de la inteligencia de EEUU de abrir una investigación para evaluar posibles daños a la seguridad del país y pidieron que las pesquisas se desarrollen rápido.
El anuncio sobre la investigación coincide con la publicación, de este viernes último, por orden de un juez del atestado (o acta) que sirvió para justificar el registro del FBI a la mansión de Donald Trump en Mar-a-Lago.
La versión del atestado que fue difundida tenía prácticamente la mitad del contenido tachado, por lo que siguen desconociéndose los detalles más jugosos de la investigación del FBI.
Sin embargo, el atestado sí revela que el FBI temía que la retención de documentos por parte de Trump pudiera poner en peligro la identidad de informantes y otras fuentes que trabajan con el Gobierno estadounidense.
Trump reaccionó a la publicación de ese atestado (o acta) con burlas, en un intento por restarle importancia.