Operación León 23 es el nombre que lleva el megaoperativo policial que se encuentra desarrollando la Policía de Bolivia, con la colaboración de autoridades de países vecinos, incluido Paraguay, y cuyo objetivo es lograr la captura del presunto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset.
Hasta el momento, las investigaciones y procedimientos permitieron desmantelar la red con la cual operaba el prófugo a nivel internacional, causando a su organización una pérdida económica de USD 8,8 millones.
En ese marco, se logró la detención de cerca de 20 de sus colaboradores, de los 35 que son investigados, y se identificó la utilización de múltiples identidades, sus vínculos familiares y a todo su equipo de seguridad con el que se movilizaba.
Desde el inicio de los allanamientos, Álvaro José Álvarez, comandante general de la Policía boliviana, fue revelando todo lo que iba desencadenando el operativo y la investigación.
Uno de los principales detenidos es un hombre identificado como Miguel Ángel Belaunde Ameller, quien se desempeñaba como funcionario del Servicio General de Identificación Personal (Segip) en Santa Cruz, ejerciendo funciones como operador de cédulas de identidad.
De acuerdo con lo que sostiene la Policía de ese país, Belaunde se encargaba de la verificación de las documentaciones, por lo que habría aprovechado su acceso a los sistemas informáticos para otorgarle la identidad falsa boliviana a Marset.
Al igual que este, también está el funcionario Rinat Leónidas Sueiro Phillips, quien era jefe de Filiación Extranjera y pasaporte de la Dirección de Migraciones del Departamento de Beni. Este habría facilitado a Marset un certificado de permanencia de un año por trabajo remunerado.
Los demás detenidos hasta el momento son Gualberto Mujica Olmos, de 39 años; Ariel Arispe Pacheco Arredondo, de 30 años; Carlos Andrés Durán, de 29 años; José Pedriel Maiselino, de 53 años; Rogwel Suárez Marco, de 43 años.
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Además, Erwin Junior Hurtado Coimbra, de 37 años; José Jorge Dávalos Carrasco, de 52 años, y Araceli Mendoza Justiniano, de 43 años, todos los mencionados quedaron con prisión preventiva.
Les siguen Lizzy Pedriel Alba, de 47 años, y Nancy Gutiérrez Rodríguez, de 32 años, ambas con medidas sustitutivas a la prisión; Lucas Casa Vieja Guerra, de 24 años; Cristian Latorre, de 36 años, los dos con prisión preventiva también.
Finalmente, también fueron detenidos en los últimos operativos Cándido Mendoza Rivero, de 67 años; Hernán Soliz Arredondo, de 47 años, y Brayan Enrique Mendoza, de 28 años.
En cuanto a las identidades falsas de Sebastián Marset que se descubrieron y con las cuales lograba burlar a las autoridades, cabe mencionar la primera cédula, que utilizó aparentemente en Paraguay y Uruguay, en la que figuraba su nombre original, pero contaba con datos falsos.
La segunda, que se expidió en Bolivia, llevaba como supuesto nombre Gabriel de Souza Beumer, mientras que la tercera era Luis Paulo Amorim Santos, que empleó en Brasil.
Línea de tiempo de la #OperaciónLeón23
29 de julio: Las autoridades ubicaron al presunto capo narco en Santa Cruz de la Sierra, pero el equipo de seguridad de Marset tomó de rehenes a tres agentes de la Policía de Bolivia por un momento, aparentemente para desviar la atención, y logró un escape de película.
30 de julio: La Policía boliviana desarrolló una serie de allanamientos en busca de Sebastián Marset, con más de 2.000 policías desplegados en Santa Cruz de la Sierra, que derivó en la detención de 12 personas.
Asimismo, fueron incautados 16 celulares, 17 fusiles, una pistola, 1.915 municiones, chalecos antibalas, una motocicleta y 31 automotores, entre ellos, automóviles de alta gama, además de marihuana.
Tras el frustrado operativo en su búsqueda, medios de ese país dieron a conocer imágenes de la lujosa mansión en la que presuntamente estaba residiendo el supuesto capo narco con toda su familia.
Se trata de una propiedad que cuenta con un complejo sistema de cámaras de seguridad, que incluían sensores de movimiento; tiene dos pisos distribuidos en dos módulos, una piscina rodeada de plantas tropicales, una cabaña en el patio, y en el lugar incluso se encontraron animales exóticos.
31 de julio: Desde esta fecha, miles de uniformados del vecino país intensificaron la búsqueda de Marset y de su núcleo familiar. Los investigadores presumen que tanto él como su esposa, Gianine García Troche, junto con sus tres hijos, emprendieron su huida hacia el departamento de Cochabamba.
1 de agosto: La Policía boliviana informó que un vehículo de propiedad del uruguayo buscado fue hallado abandonado en plena vía pública de Bolivia y se trataría de uno de los rodados con los que habría escapado.
El hallazgo se produjo la noche anterior, pocas horas después de que la entidad policial boliviana haya difundido las fotografías de cuatro vehículos que Marset presuntamente usó para su huida.
Tras la denuncia, agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) acudieron al sitio y constataron que se trataba de una de las camionetas del narcotraficante y el rodado coincidía con las características de uno de ellos, el BMW, tipo X6, de color negro.
2 de agosto: Los agentes bolivianos identificaron al hermano del presunto capo narco, de nombre Diego Nicolás Alba Marset, quien presuntamente también se moviliza con tres identidades falsas, una paraguaya, otra brasileña y otra uruguaya.
Se realizaron también allanamientos en Santa Cruz en la búsqueda de este joven, de solo 22 años, pero hasta ahora no logró ser encontrado.
Poco después, las autoridades del vecino país habían señalado que ya suman 17 personas detenidas, que serían colaboradoras directas de Marset y entre las cuales estaban quienes participaron del secuestro de los policías el 29 de julio pasado.
En esta misma fecha, un periodista boliviano denunció una supuesta amenaza de muerte por parte del presunto narcotraficante, que se dio a través de una conversación de WhatsApp. En el escrito, Marset supuestamente decía: “Hola. Si siguen haciendo artículos periodísticos de mí, habrán consecuencias. Soy Marset (sic)”.
Pocas horas después, el mismo prófugo, desde la clandestinidad, envió un video a un medio boliviano en el cual afirmaba que desde la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) le alertaron de que lo iban a capturar.
Finalmente, luego de una audiencia realizada un día antes, la jueza boliviana Livia Alarcón ordenó seis meses de detención preventiva para 10 de las personas aprehendidas y vinculadas con el supuesto narcotraficante uruguayo. Dos mujeres obtuvieron medidas sustitutivas por tener a su cuidado a niños.
3 de agosto: Este último jueves se desarrollaron dos allanamientos más en el departamento oriental de Santa Cruz y en Beni, en la Amazonía, aunque no se dieron a conocer todavía los resultados.
Tras esto, el Gobierno boliviano envió a Paraguay una comitiva para intercambiar información sobre el caso de Marset, según informó el ministro boliviano, Eduardo del Castillo.
Según confirmó Del Castillo, el equipo estará liderado por el viceministro de Sustancias Controladas, Jaime Mamani, quien se reunirá con representantes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
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Sebastián Marset vivía ostentosamente en Bolivia con su esposa e hijos desde hacía tiempo, pese a ser requerido por la Justicia de Brasil y Paraguay; la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), y poseer órdenes de captura de la Europol e Interpol.
Se descubrió que el prófugo incluso creó un equipo de fútbol de Segunda División en Bolivia, donde también jugaba y fue visto en varias fotografías.
El uruguayo está acusado de liderar una red criminal internacional de tráfico de drogas y también se lo relaciona con el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, ocurrido en mayo del 2022, en Colombia.
De acuerdo con lo que sostienen en Uruguay, desarrolló una “carrera meteórica” en el mundo del narcotráfico. De iniciarse en el narcomenudeo, se convirtió a sus 32 años en el líder de toda una organización trasnacional.
Este caso provocó varias críticas al gobierno del presidente boliviano, Luis Arce, y algunas instituciones estatales, debido a que el hombre estuvo viviendo durante varios meses en el vecino país, supuestamente sin que las autoridades detectaran nada extraño.