Latorre prometió a la bancada B, liderada por Carlos Arrechea, vicepresidente primero, mantener la Mesa Directiva así como está, pero con este último como presidente.
De esta forma, Latorre pasaría a la vice. Pero Gamarra, que es de la bancada A, presiona para que haya movidas, con lo que podría generarse una ruptura del sector que hasta ahora le dio su respaldo al presidente, y que está formado por ocho integrantes que salieron de Fuerza Republicana.
Los diputados mencionan que Latorre prefirió no tomar el camino de Basilio Núñez, quien hizo su golpe de fin de año al modificar el reglamento del Senado y adelantar la elección de Mesa Directiva en pleno diciembre. El cambio principal es la extensión de su mandato por dos años; es decir, 2027, con lo que podrá controlar el Legislativo en plenas elecciones municipales.
Latorre no haría estos cambios para mantener las negociaciones con las bancadas en paz. El ala dura del cartismo activó la interna precisamente para que todos los espacios queden en poder de la bancada A.
Otra molestia en esta Cámara es causada por la actitud de Santiago Peña, que muestra preferencia por los senadores y deja lado a los diputados en los espacios.