El doctor en Bioquímica y Biología Molecular, Adolfo Borges Strauss, lleva a cabo el proyecto de investigación Aplicaciones Biotecnológicas de los Venenos de Escorpiones del Paraguay, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Se busca determinar, primeramente, el grado de toxicidad del veneno de las especies de alacranes que se encuentran en los ambientes urbanos del país y, posteriormente, evaluar la capacidad de antídotos ya disponibles que se producen en América Latina.
Esto se debe a que, según el investigador, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que cada país afectado por la picadura de estos arácnidos o por mordedura de serpientes cuente con sus propios antídotos.
“Cada país afectado por esta problemática debe preparar sus propios antivenenos en vista de que potencialmente existen diferencias en la composición y en la actividad biológica de los venenos de una región a otra, lo cual limita el uso de antídotos preparados en otros países”, explicó Borges a Última Hora.
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Además, comentó que su grupo de investigación comprobó que existen toxinas exclusivas producidas por la población de Tityus trivittatus del Paraguay, lo cual reafirma la necesidad de preparar un antídoto nacional.
“Existen antídotos antiescorpiónicos fabricados en Argentina y Brasil que podrían ser usados en el país, pero se desconoce hasta el momento su capacidad neutralizante en Paraguay”, dijo.
El profesional, de nacionalidad venezolana, mencionó que, ante posibles casos severos en niños, es necesario que el país inicie investigaciones abocadas a la preparación de un antiveneno de uso humano local, los cuales tendrán como base los resultados generados por el presente proyecto.
Según la investigación, los resultados indican que son las especies de Tityus trivitattus y Tityus confluens las que habitan áreas domiciliarias de Gran Asunción, principalmente la primera, la cual fue asociada con el caso de una niña que requirió de cuidados intensivos.
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Un alacrán de la especie Tityus trivitattus se encuentra en cautiverio en el Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (Cedic). La toxicidad de su veneno fue probada en animales de experimentación, y resultó ser comparable a la de poblaciones de la misma especie que habitan el norte de Argentina, donde se registraron casos graves.
La evolución se hizo mediante técnicas bioquímicas e inmunológicas que revelaron que la población local de Tityus trivittatus produce toxinas que son exclusivas de la biodiversidad de nuestro país.
Entretanto, ya se encuentran evaluando qué antídoto producido en América Latina es efectivo en el caso de Paraguay.