El estudio, elaborado en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Agust Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona (noreste) y dirigido por la especialista biomédica Mercedes Fernández-Lobato, ha identificado que el consumo de la proteína CPEB4 en ratones reduce la acumulación de lípidos en la cavidad abdominal, la inflamación del tejido adiposo y el aumento de peso.
La investigación también revela que la ausencia de la proteína normaliza la composición de la microbiota (bacterias del aparato digestivo) y favorece la presencia de bacterias que protegen la barrera intestinal.
“El trabajo revela la existencia de un circuito regulador del proceso de traducción del ARN a proteínas, dirigido por CPEB4, hasta ahora desconocido”, ha explicado Fernández-Lobato.
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“Hoy en día la investigación se centra principalmente en el paso previo, es decir, la síntesis del ARN a partir del ADN, por lo que los resultados abren nuevas vías de investigación para desarrollar mejores tratamientos contra la obesidad”, ha asegurado la especialista.
La obesidad inducida por la dieta se convirtió en una epidemia en todo el mundo, puesto que casi el 40 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad.
Esta enfermedad comporta un aumento de la mortalidad, así como de la susceptibilidad de sufrir más de un trastorno a la vez, y está estrechamente relacionada con el riesgo de desarrollar cáncer.
El desconocimiento de gran parte de los mecanismos implicados en los efectos perjudiciales de la obesidad, apunta el IDIBAPS, dificulta disponer de estrategias terapéuticas viables o desarrollar nuevos tratamientos para combatirla.