Este descubrimiento es considerado un gran salto en la ayuda de la comprensión de los orígenes y la evolución estelar.
El grupo de científicos, cuyo estudio se publicó este miércoles en la revista Nature, analizó más de 5 millones de espectros estelares obtenidos del LAMOST, un telescopio especial refractor ubicado en el observatorio de la NAOC en Xinglong, perteneciente a la provincia de Hebei, en el norte de China.
Gracias a estos datos, identificaron una estrella en el halo de la Vía Láctea, ubicada a unos 3.327 años luz de distancia de la Tierra, con una característica notable: una baja presencia de metales.
Según los investigadores, esta característica indica una estrecha relación con las estrellas de segunda generación, que se formaron después de la desaparición de las estrellas de primera generación.
Las estrellas de primera generación eran extremadamente masivas, con masas que oscilaban entre 140 y 260 veces la del Sol, y existieron hace más de 13.000 millones de años.
Este hallazgo proporciona una valiosa pista sobre las estrellas de primera generación, ya que ahora los científicos podrán inferir su masa y características al observar y estudiar la estrella de segunda generación identificada en el estudio.
Utilizando los datos recopilados por el telescopio LAMOST, los investigadores podrán deducir la distribución de estrellas de diferentes masas en las primeras etapas del universo.
Este logro abre una nueva ventana al estudio de la historia evolutiva del universo y la evolución de las estrellas, por lo que los científicos esperan que estos hallazgos puedan arrojar luz sobre los misterios que rodean el origen de los entes estelares y contribuir a nuestra comprensión más profunda del cosmos.
El equipo de investigadores planea continuar utilizando el telescopio LAMOST y otros instrumentos para explorar en mayor detalle la naturaleza de estas estrellas de primera generación y su impacto en la formación y evolución de galaxias y sistemas estelares.
Fuente: EFE