El guanaco (Lama guanicoe) es una especie de mamífero de la familia Camelidae, propia de América del Sur. Sin embargo, los primeros registros sobre su presencia en Paraguay recién se dieron entre los años 2003 y 2005, en el Chaco.
Pero la información sobre su ecología sigue siendo muy escasa debido a que los ejemplares se encuentran en una zona de difícil acceso. Ahora, una investigación apunta a estudiar su comportamiento a través de la instalación de cámaras trampa.
La exploración es realizada en forma conjunta entre la organización Guyra Paraguay y la Fundación Natura de Bolivia. “El objetivo es recabar más información y evaluar su población”, informó la bióloga Viviana Rojas a Última Hora.
Esta especie de animal se encuentra en el extremo noreste de la Región Occidental, en el Parque Nacional Médanos del Chaco, ubicado a más de 750 kilómetros de Asunción, entre los Departamentos de Boquerón y Alto Paraguay.
La reserva tiene una extensión de 514.233 hectáreas y presenta una riqueza natural única, con una diversidad de fauna y flora. Llegar hasta ese sitio representa superar muchos obstáculos al no haber caminos de todo tiempo.
El proyecto se inició a finales del año pasado con la instalación de cámaras trampa en diferentes puntos del parque. “Solo en esa zona es su distribución”, mencionó la profesional bióloga, una de las encargadas del proyecto, con relación a los movimientos del animal.
Con una población estimada en solo 50 individuos a nivel local, los guanacos están en la categoría de animales en peligro crítico de extinción, de acuerdo con el Libro Rojo de los Mamíferos en Paraguay. El Ministerio del Ambiente también lo ubica en peligro de extinción.
Tanto las poblaciones de guanacos corroboradas en suelo chaqueño como las ubicadas hacia el lado boliviano, no realizan migraciones, pero sí movimientos estacionales. Otras poblaciones están en la región andina desde Perú a Chile, Patagonia y Tierra del Fuego en Argentina.
¿Cómo es el guanaco?
Físicamente pueden llegar a medir hasta 2 metros en el caso de los machos y las hembras 1,90. Su piel está cubierta de un pelaje de color pardo claro y se vuelve más blanco en la zona del vientre y en el interior de sus patas.
El cuello es largo, tiene la cara negra con grandes ojos y largas pestañas. Las orejas son pequeñas y la cola es corta. Todas esas características lo convierten en un animal elegante que puede llegar a correr a 64 km/h.
El Libro Rojo señala que los guanacos están expuestos a la pérdida de su hábitat, acompañado por la desestructuración de los grupos familiares por la cacería furtiva y para consumo, obras viales de gran tamaño, exploración y explotación petrolífera.
Como medida de conservación se recomienda mayor control y fiscalización de licencias ambientales, medidas de conectividad biológica en proyectos viales, mejoramiento del control de la cacería furtiva y la implementación de un corredor biológico con Bolivia.
Los felinos más grandes de Latinoamérica
Si bien el objetivo central del proyecto Un esquema transfronterizo de monitoreo de biodiversidad y agua en áreas protegidas y corredores (especie clave: Lama guanicoe) es el guanaco, la instalación de cámaras trampa también permite ver otras especies del lugar.
Es así que se logró captar a un jaguarete (Panthera onca) y un puma (Puma concolor), considerados los felinos más grandes de Latinoamérica.
El jaguarete también está catalogado como una especie en peligro crítico de extinción debido a su reducción poblacional a consecuencia de la deforestación, el cambio de uso de suelo, la cacería ilegal y al conflicto con humanos por depredación de ganado.
Pese a que por el puma hay una preocupación menor por su amplia distribución a lo largo del país, eso no significa que no posea problemas de conservación, sino que aún no está comprometido a pesar de las presiones.
¿Qué son las cámaras trampa?
Son dispositivos utilizados para capturar imágenes fotográficas de animales silvestres que son instalados en sitios difícilmente observados por el animal. Las imágenes son captadas de forma automática mediante un sensor de movimiento infrarrojo.
Después de un tiempo, los investigadores regresan al lugar para retirar los equipos y analizar las fotos tomadas. Es una herramienta valiosa para lograr imágenes de animales de rara ocurrencia y hábitos nocturnos.
En el marco de esta investigación, Rojas señaló que se instalaron un total de 22 cámaras trampa. Las imágenes que fueron divulgadas por las redes sociales de la organización Guyra Paraguay son las primeras.
“Recién estamos comenzando los análisis, tenemos alrededor de un millón de fotos”, expresó la bióloga. Por lo tanto, se espera que el maravillo ecosistema del Chaco paraguayo brinde todavía más muestras de su diversa fauna.