Una nueva caída del sistema informático del IPS generó todo tipo de situaciones complicadas para los asegurados. Las quejas y los reclamos se centran así en las numerosas molestias que causan a los pacientes que, habiendo llegado en horas de la madrugada para sacar un turno, se encontraron con la muy desagradable sorpresa de que el sistema no funciona, y al tener que hacerlo de forma manual el trámite se volvió lento, cansino y como resultado: interminables filas.
En el Hospital Central del Instituto de Previsión Social se pudo ver a los asegurados haciendo cola durante la caída del sistema informático, que se registró entre la madrugada y la mañana del pasado lunes. El panorama era, sin duda, desgarrador. Pacientes de la tercera edad que con muchas dificultades llegaron hasta el hospital, multitud de niños y mujeres embarazadas debieron soportar el suplicio.
Una de las aseguradas formuló quejas por la mala gestión de la comunicación gestionada en el lugar. “Primero nos dicen que nos van a anotar en un papel y cargar al sistema para confirmar y luego de 15 minutos se contradijeron, avisaron que funcionaba solo para agendar, pero no para confirmar”. Y otra, una mujer embarazada expresó que “duele” ver que esta situación golpee principalmente a los trabajadores: “Porque pedís permiso para venir a consultar y vienen y te juegan así. Yo estoy embarazada, vengo para laboratorio y acá no te quieren atender, y la empresa no te va a reconocer esas cosas”, se quejó.
La situación en este último incidente se vio agudizada debido al extremo calor que azota el país esta semana y que afectó sobremanera a las personas que acudieron precisamente a buscar alivio a sus afecciones. El gerente de Salud del IPS, Carlos Morínigo, lamentó que la situación se esté volviendo casi periódica: “Esto ocurre cada dos días, no sé qué hacer, estoy manos arriba” y explicó que es un problema interno. El sistema cae en hora pico, precisamente en el momento en que debiera comenzar la atención a los asegurados, y se debería probablemente al sobrecalentamiento del mismo sistema; un sistema que a todas luces ya es deficiente para la demanda que tiene el IPS.
El Instituto de Previsión Social acumula problemas derivados, sin duda, de la mala gestión de sus administraciones. Uno de los reclamos cotidianos por parte de los asegurados refiere a la falta de medicamentos, particularmente antihipertensivos e hipoglucemiantes, lo cual es extremadamente grave, ya que tanto diabetes como hipertensión son dos de las principales afecciones de la población. Otra consecuencia de la pésima gestión es el tiempo que deben aguardar los pacientes para realizarse estudios especializados cuyo tiempo de espera suele ser de varios meses, incluso cuando dichos análisis son urgentes y necesarios para devolver la salud al asegurado.
Uno de los significativos problemas del IPS es la corrupción, en la ejecución de obras, compra de medicamentos, bienes y servicios, desaparición de equipos e insumos que se estiman en miles de millones, mientras que en los hospitales y pasillos faltan todo para los asegurados. No se puede permitir que la impunidad siga haciendo estragos en el IPS, sin perder de vista que la administración de Vicente Bataglia tuvo más de G. 1 billón de gastos sin documentos respaldatorios, según la Contraloría General de la República. Hay que mirar también las brechas entre cantidad de asegurados y profesionales de atención tan profundas: El Instituto apenas tiene un pedíatra por cada 500 niños y un geriatra para más de 10.000 adultos mayores. El maltrato y la mala gestión en el IPS son abusivos e intolerables.