Una historia que se repite. En el Hospital Ingavi persiste la escasez de medicamentos e insumos, y con el aumento de enfermos con Covid-19, se interna en sillones y hasta camillas en los pasillos. Tal es el caso de Irene Almada de 69 años, que fue internada por horas en un sillón y después en una camilla en el pasillo del Hospital Contingencia de Ingavi. La situación se agrava en medio de una crítica carencia de medicamentos y disponibilidad de camas para internación, en plena segunda ola de la pandemia.
A más de una semana del cambio del titular del IPS, las falencias persisten en el seguro social, una situación que se acentúa con la pandemia y el colapso del servicio de salud.
Irene Almada es paciente diabética y padece Covid-19. Estuvo esperando más de cinco horas el pasado domingo, para ser atendida en Ingavi. Los pacientes graves llegaban cada minuto, por lo que Irene tuvo que resistir sentada en una camilla con su suero a cuestas. “Mi mamá cada dos horas se descompensaba”, relató Rosana Valdés, su hija.
La familia tuvo que alquilar un balón de oxígeno para poder trasladarla hasta el centro médico. El costo fue de G. 500.000. Primero, fueron al Hospital de Ñemby, después en San Antonio de IPS para finalizar el recorrido en Ingavi. Ahora el IPS le provee el oxígeno. La familia gastó para comprar antibióticos, medicamentos y otros insumos, tales como aerocámara. “No hay acá en IPS”.
Ayer, en horas de la tarde, le informaron a la familia que Irene tiene que ser intubada, pero antes deben comprar una amplia lista de insumos, comentó Rosana. Al igual que Irene Almada, que aportó más de 15 años al IPS, otros asegurados siguen teniendo un alto gasto de bolsillo en el único seguro social del país.