26 dic. 2024

¿IPS sin “combustible”?

No. El Instituto de Previsión Social (IPS) no se quedó sin combustible. El título es irónico, pero tal vez podría afirmar que en esta fase de transición de mando de gobierno se quedaron sin el carburante anímico que permita mover con fuerza la estructura administrativa y de salud como una manera de dar respuestas a las constantes demandas de los cotizantes y asegurados.

Bueno, no solo sucede en esta etapa previa al cambio de gobierno, sino que en los últimos años el IPS pareciera que quedó sin carburantes para mover los engranajes de un motor del ámbito de la salud tan esencial para los más de 1.500.000 cotizantes, asegurados, beneficiaros, jubilados y pensionados, de uno de los principales seguros sociales del país.

En el IPS persiste un nefasto inventario de denuncias sobre las supuestas malversaciones de los recursos de la previsional, la más reciente es que la previsional supuestamente dilapidó en un año y un mes la suma de G. 7.861.743.864. Incluso los consejeros que ganan un promedio de G. 30 millones acceden a un rubro cuyo gasto también fue millonario en 13 meses.

Esta es una cifra millonaria que no condice con la realidad que viven los asegurados que retratan carencias y desabastecimientos de medicinas. Es irónico que las autoridades prioricen otros rubros, pero que persista los desabastecimientos en el sistema de salud.

Pareciera que, por un lado, el IPS está sin combustibles para generar movimientos y respuestas a los usuarios que claman un mejor servicio del Call Center, de los agendamientos, de la provisión de medicamentos e insumos, y de un acceso más fiable a los servicios en general, y, por otro lado, tengan energías para supuestamente dilapidar recursos.

Pareciera que los asegurados están viajando en un bus de la incertidumbre camino al cambio de las autoridades nacionales, cuyo periodo se caracteriza por los “brazos caídos” en las gestiones públicas. Y eso, se acrecienta en el IPS. No lo digo yo, lo dicen los enfermos que usufructúan diariamente los servicios de salud y se encuentran con precariedades y desabastecimientos en las farmacias.

A las crónicas periodísticas –que son incesantes– sobre las falencias del IPS, suman cada día las quejas, pero ninguna autoridad de la previsional da la cara para contestar sobre la acuciante carestía de medicamentos, que golpea al bolsillo de los aportantes.

Pareciera que no bastan las quejas, las movilizaciones de la Asociación de Asegurados, o las promesas de las futuras autoridades que asumirán el mando el próximo 15 de agosto, sino que es necesario que se lleven acciones concretas para depurar la administración del IPS y que se apliquen herramientas más eficientes la administración de los recursos de los trabajadores.

Incluso, en esta transición de gobierno, aún no se da a conocer al eventual candidato para el Consejo de Administración del IPS o de los futuros consejeros, que son los que realmente definen el futuro y administran los recursos de la previsional. Parece que están aún, ¿negociando?

Aunque incierto aún cuál será el futuro en la previsional, pero es importante acrecentar la tarea de contralores de los recursos del Estado y exigir sin parar una cobertura integral de salud y jubilación.

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