Isabel Allende criticó este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su postura con relación al cambio climático.
La escritora, que este lunes recibe en Barcelona el Premio Internacional de Novela Histórica Barcino, compareció en una concurrida rueda de prensa en la que aventuró que se avecina una época de cambios fundamentales” y que espera “estar viva para verlos”.
Allende no rehuyó ninguna pregunta, tanto sobre el actual momento del mundo, como de la situación de su país, del que dijo que “la gente reclama no tanto por la pobreza como por la desigualdad, que es un insulto”.
Habló también de su última novela, Largo pétalo de mar, una obra que “une” a la España de la guerra civil, “la derrotada, y el Chile de 1939, que era provinciano, conservador, aislado, y al que llegó una ola de gente maravillosa –exiliados españoles– que fue muy bien recibida y que aportó tanto a la cultura, la ciencia, la música que hoy en día es imposible cuantificarlo, pero ellos y sus descendientes cambiaron la historia”.
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La novelista, que reside en California desde hace años, opinó que en la actualidad “hay movimientos de masas, de incertidumbre y malestar en muchas partes del mundo”, que “van a generar grandes cambios, que van a ser muy importantes”.
“Es la generación joven, la que va a heredar el mundo, la que está más inquieta y no quiere este sistema. Es gente preocupada por el cambio climático. Todo eso va a producir cambios muy positivos, vamos a entrar en una época de cambios fundamentales y espero estar viva para verlos. Vamos a empezar a tomar vitaminas rápidamente”, afirmó.
Tampoco dejó pasar esta autora, con más de setenta millones de lectores y 24 libros en su haber, que a los “viejos carcamales que están manejando el mundo” les debería “dar vergüenza” que una niña como Greta Thunberg “les tenga que remecer la conciencia”.
"¿Cómo es posible –se preguntó– que el presidente de la República de los Estados Unidos niegue el cambio climático, con lo que eso significa en materia de políticas, de imagen, del mensaje que le da al mundo? ¿Quién puede negarlo? Solo lo puede negar un imbécil”, se ha contestado a sí misma.
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Sobre Chile, indicó que ha sido una “sorpresa extraordinaria”, tanto para los políticos del gobierno, como para los de la oposición, la protesta masiva en las calles en los últimos días, porque es un país “que aparece en las estadísticas como un oasis en Latinoamérica, pero las cifras no muestran la distribución de ingresos, recursos y desigualdades, de las más altas del mundo”.
Recordó que 1% de la población tiene el 25% de la riqueza, con un 40% de la población que “no puede pagar servicios básicos; todo está privatizado, con un sistema neoliberal impuesto por la dictadura de Pinochet, de acuerdo con los ‘Chicago boys’, que se pudo implantar ferozmente porque no había representación laboral”.
Para la novelista, durante diecisiete años “el capital tuvo toda la libertad posible sin tener el contrapeso democrático de sindicatos, partidos políticos, de representación ciudadana, y este modelo, aplicado en 1980, se ha mantenido treinta años”.
Ahora, “con el pretexto de que subirían el precio del metro ha estallado una revuelta, una protesta masiva, en la que está todo el mundo en la calle”.
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La autora de novelas históricas, en su último título reflexiona sobre los refugiados, una cuestión que “está más que nunca en el aire hoy en día”, aunque “las masas de desplazados han existido siempre”.
En este punto, aseveró que en Estados Unidos también se está viviendo “una verdadera crisis de derechos humanos en la frontera con México, desde que Trump es presidente, con situaciones subhumanas, con centros de detención, que en realidad son prisiones”.
Preguntada sobre futuros proyectos, reconoció que no tiene “la menor idea” y desveló que piensa en todos sus libros a partir del día 8 de enero.
Además, no ocultó que, aunque en muchas otras ocasiones en octubre ya tiene sensaciones sobre lo que va a abordar en sus próximas obras. Este año ha sido “duro” por la muerte de su madre, de su “adorado” padrastro, de su ex marido y de su perro, y con tantas “cenizas” es difícil iniciar nuevos proyectos.