Bajo el lema ¿Cómo puedo ser libre si no me dejas?, las manifestantes exigieron retirar la prohibición y con carteles subrayaron que el burka es la forma en la que “eligieron expresar su fe” asegurando que “nadie les impide participar en la vida social”, pese a que el ultraderechista Geert Wilders utilizó este argumento para defender la necesidad de la ley en Holanda.
Esta es la primera protesta de mujeres musulmanas que utilizan el niqab (prenda que cubre cuerpo y cara, a excepción de los ojos) o el burka (que no deja entrever ninguna parte del cuerpo o rostro) desde que el pasado verano el Senado holandés ratificara la prohibición, que entró en vigor este 1 de agosto.
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En declaraciones a Efe, Hind, musulmana holandesa que usa el niqab, asegura que siente miedo a salir a la calle porque la gente habla e insulta y añade que, desde la semana pasada, se volvió agresiva, ahora que está más legitimada con la nueva reglamentación aprobada por el Gobierno.
“Estamos en esta manifestación, organizada por nosotras las mujeres musulmanas, para demostrar que sí somos parte de la sociedad, que estamos unidas y que nadie nos obliga a nada. Tenemos voz y os la hacemos llegar aquí. Esto es mi religión y es mi libertad”, añade.
Para Hind, el niqab es la manera que eligió “para estar cerca de Dios”, aunque reconoce que es consciente de que el Corán no lo exige, y lamenta que ahora tenga miedo a que peguen a sus hijos porque la prohibición solo hará aumentar la islamofobia en la sociedad holandesa.
La manifestación, que contó entre sus participantes con reconocidas feministas holandesas, se desarrolló sin incidentes, a pesar de la presencia de Edwin Wagensveld, líder del grupo Pegida, movimiento que lucha contra la islamización de Occidente y que amenazaba con boicotear la protesta.
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La concejala de Ámsterdam Sylvana Simons, fundadora de un partido de izquierdas conocido como Artikel1, era una de las caras conocidas que se acercó a La Haya en apoyo a las mujeres que utilizan esta prenda, y para condenar la prohibición.
Los organizadores también ofrecieron niqabs gratis a las participantes no musulmanas o aquellas que, aunque seguidoras de la misma religión, no usaran prendas que cubren la cara, con el objetivo de aumentar el impacto de la protesta, ya que se calcula que solo unas 200 mujeres usan esta vestimenta en todo el país.
La controvertida mezquita As-Sunnah de La Haya, frecuente en los medios holandeses por diferentes polémicas relacionadas con la radicalización, ayudó a organizar esta protesta y, presuntamente, llamaron a sumarse a la manifestación durante la oración del viernes.
La Federación de Organizaciones Islámicas, que incluye 27 mezquitas en La Haya, sí reconoce haber hecho un llamamiento, a través de un correo electrónico, a sus miembros, instando a participar en la manifestación para respaldar “a las hermanas musulmanas” que usan el burka o el niqab.