La preocupación sobre el agravamiento de la situación humanitaria aumentó los llamados a un fin de las hostilidades, mientras los incidentes ligados a grupos respaldados por Irán, que actúan en solidaridad con Hamás, desataron temores de una conflagración regional.
Estados Unidos reportó el martes el derribo de varios drones y misiles en el mar Rojo, lanzados por rebeldes hutíes de Yemen.
Las autoridades israelíes prometen mantener su ofensiva contra el movimiento islamista Hamás.
El jefe del ejército, Herzi Halevi, afirmó que “los objetivos de esta guerra son esenciales y no fáciles de alcanzar”. “Por lo tanto, la guerra continuará por muchos meses más”, agregó.
La guerra más sangrienta que ha vivido Gaza estalló cuando combatientes de Hamás irrumpieron el 7 de octubre en Israel, donde mataron a 1.140 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes. Entre los muertos hay más de 300 militares.
DENUNCIA DE ROBO DE ÓRGANOS. Los muertos en la guerra en Gaza superan los 21.000 y los heridos los 55.000, con denuncias desde la Franja palestina de cuerpos “robados” por Israel para extraer órganos, que el Gobierno israelí niega.
Tras 82 días de guerra, 21.110 gazatíes han muerto y 55.243 han resultado heridos, según los datos actualizados este miércoles por el Ministerio de Sanidad del enclave costero, controlado por el grupo islamista Hamás.
Israel por su parte asegura que sigue eliminando objetivos de Hamás, entre ellos su red de túneles, y rechaza las acusaciones de uso en los bombardeos de tipos de armamento que provocan numerosas víctimas civiles.
Hamás denunció que cuerpos de palestinos devueltos por Israel a Gaza tienen órganos “robados”, como los entregados en las últimas horas en Rafah, en el sur de la Franja.