“Tenemos la oportunidad de alcanzar nuestro objetivo más importante: frustrar y eliminar la amenaza existencial que pesa sobre el Estado de Israel”, escribió Israel Katz en un mensaje en la red social X.
Israel, gran enemigo regional de Irán, está en guerra contra el Hamás palestino en la Franja de Gaza y el Hezbolá en Líbano, dos movimientos aliados de Teherán, que por su lado pide un alto el fuego en ambos frentes.
La tensión entre ambos países ha crecido al calor de los conflictos de Gaza y Líbano, y el 26 de octubre aviones de combate israelíes bombardearon instalaciones militares en Irán, en represalia a un ataque balístico iraní contra Israel el 1 de octubre.
Teherán prometió responder e Israel hizo saber que en ese caso replicará con mayor contundencia.
CUMBRE ÁRABE. Los países árabes y musulmanes instaron el lunes a Israel a retirarse de los territorios que ocupa desde 1967 para lograr una paz “global”, durante una cumbre celebrada en Arabia Saudita sobre Medio Oriente, convertido en un polvorín por las guerras en Gaza y Líbano.
“Una paz justa y global (...) no puede lograrse sin poner fin a la ocupación israelí de todos los territorios árabes ocupados” desde junio de 1967 –Cisjordania y Jerusalén oriental, Gaza y los Altos del Golán sirios– indica la declaración final de la cumbre.
Esas propuestas, recuerdan, están en la misma línea de “la Iniciativa de Paz Árabe de 2002”, que ofrecía a Israel la normalización regional a cambio de la creación de un Estado palestino.
Los participantes en la cumbre conjunta en Riad de la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) aboga por la unidad de todos los territorios palestinos –la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada– dentro de un Estado palestino, cuya capital debe ser Jerusalén oriental, ocupada y anexada por Israel.
Según los analistas, esta cumbre brindó una oportunidad para que los participantes expusieran sus expectativas sobre el futuro gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asumirá el cargo en enero.
En su primer mandato (2017-2021), el magnate republicano tuvo varias iniciativas favorables a Israel, como el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
También contribuyó a la normalización de las relaciones entre Israel con Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán, mediante los acuerdos de Abraham. Hasta ese momento, de los 22 países de la Liga Árabe, solo Egipto y Jordania mantenían relaciones formales con el Estado hebreo.
Pero el gobierno de Benjamín Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, se opone a la solución de dos Estados –Israel y Palestina–, que convivirían con garantías de seguridad, apoyada por la mayor parte de la comunidad internacional para poner fin a décadas de conflicto.