Alderete participó ayer de la exposición Itaipú: Pasado, Presente y Futuro, en compañía de Jorge Ayala Kunzle, ex director paraguayo de la binacional; y de Jorge Samek, ex director brasileño.
La presentación se centró mayormente en la necesidad de generar energía con responsabilidad social, haciendo clara alusión a los gastos sociales, un tema que fue objeto de discusión en los últimos días y que incluso motivó que diputados opositores presenten un proyecto de ley para integrar esos recursos al Presupuesto General de la Nación (PGN) 2019, a fin de eliminar la discrecionalidad en los desembolsos.
“Toda iniciativa parlamentaria merece respeto, solo que la empresa Itaipú, como cualquier otra en el mundo, tiene una responsabilidad social y estructura para transparentar la inversión. También tenemos un marco jurídico que nos permite llevar adelante esa responsabilidad social”, contestó el director ante la pregunta sobre la procedencia del proyecto legislativo presentado.
Añadió que se está implementando un sistema de control en las licitaciones para las obras sociales y, además, Itaipú cuenta con una auditoría internacional que lleva la supervisión de estos gastos, al igual que una auditoría interna. Esta última se encuentra a cargo del Consejo de Administración, que es la autoridad máxima de la entidad, remarcó Alderete.
Por otro lado, mencionó que se fortalecerá el proceso de contratación de funcionarios permanentes. El concurso que hoy se realiza a través de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) tendrá la certificación de una compañía internacional para que el proceso no sea maquillado, apuntó.
CAMBIÓ LA VISIÓN. Durante su alocución, el titular paraguayo de la hidroeléctrica precisó que, bajo la administración de Samek, se cambiaron la misión y visión de la entidad. Anteriormente, Itaipú solo se dedicaba a generar energía, pero en la primera década del nuevo milenio la decisión fue producir electricidad con responsabilidad social, como empezaron a afrontar otras empresas en el mundo.
Ayala Kunzle sostuvo que la represa no tenía rostro social, únicamente generaba energía de calidad y pagaba su cuenta en forma. Por tal motivo, el impacto de la usina no se veía en la población, destacó.
A su turno, Samek dijo que las binacionales tienen que solucionar los problemas sociales del país y es por ello que se decidió cambiar la visión. No obstante, aseveró que está de acuerdo con el control a las iniciativas sociales.
“Esta discusión tuvimos allá también. Soy favorable al control, pero debe tener resultado. Hacer un hospital, ver cuánto sale, cómo fue la convocatoria, qué precio, comparar con el sector público y privado, si está en esos parámetros, adelante”, expresó.
Acerca de la inclusión en el PGN, refirió que ese es un debate de los paraguayos y no puede opinar al respecto.