La posición de Brasil es mantener la tarifa de USD 16,71 el kilovatio al mes, mientras que Paraguay busca regresar a niveles de USD 22,23, que se habían experimentado anteriormente.
De acuerdo con el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, el objetivo es obtener recursos para el desarrollo de los países, lo que será imposible si solo se intentan cubrir los costos.
Al respecto, mencionó en radio Monumental 1080 AM que con la propuesta de Paraguay con una tarifa competitiva, cada país obtendría USD 1 billón para invertir. Esto permitirá, por ejemplo, la construcción de puentes, carreteras y puertos, que también son reclamos de algunas zonas de Brasil.
Lea más: El enojo de Lula por la negociación de Itaipú
Se refirió a Mato Grosso del Sur, Santa Catarina y Paraná, que están cerca de la represa y reclaman infraestructura para atender su crecimiento de exportaciones. Por ejemplo, los puertos de Santos y de Paranaguá están saturados.
Giménez explicó que el tratado se firmó teniendo en cuenta los costos, ya sean los operativos y servicios de la deuda, pero ahora que ya no existe la deuda, se debe analizar el desarrollo de los países.
Para el efecto, hay dos oportunidades. La primera es que cada país administre sus recursos y decida particularmente sobre ellos y la segunda tiene que ver con la creación de un fondo de desarrollo.
En cambio, la posición brasileña es bajar la tarifa en un contexto en que lleva el 80% de la energía de Itaipú y utiliza gran parte para la industrialización de sus productos.