Para Cecilia Vuyk, de la Campaña Itaipú Ñane Mba’e, lejos de ser la llave que nos permita el impulso productivo y tecnológico para garantizar nuestra independencia nacional, Itaipú fue una traba al desarrollo nacional.
Lo obtenido de la binacional ha servido para mantener la primacía de los intereses extranjeros sobre el Paraguay, según manifestó.
“Con el Tratado, las dictaduras militares inventaron la figura jurídica de la binacionalidad, creando una entidad por encima de los Estados, que se pueda manejar con total discrecionalidad”, dijo.
Como prueba de ello, puntualizó que de los más de USD 93.000 millones generados por la entidad a la fecha, sólo 12% ha ingresado a Paraguay; 92% de la energía producida fue usada por grandes empresas extranjeras (con la cesión obligatoria y a precio irrisorio de nuestra energía paraguaya); una deuda que creció 1.700% y que, pese a haberse demostrado ser corrupta, se sigue pagando del bolsillo de las familias paraguayas.
invasión. “La entrega de nuestro territorio nacional -logrando Brasil el objetivo de su invasión militar de 1965- y el control militar brasileño del mismo, incluyendo de la represa; son decisiones tomadas por fuera de los Estados nacionales, dueños de la entidad, y la imposibilidad de auditar, transparentar y dirigir los fondos de la entidad”, refirió.
A lo anterior enganchó la realidad actual, en la excusa que esgrimen los directores de Itaipú y Yacyretá para negarse a que la Contraloría audite sus cuentas, o la misma excusa que da el Consejo de Administración para negarse públicamente a dar información y transparentar sus reuniones. “Todo ello es una burla a la ciudadanía honesta que trabaja y que es quien financia la entidad a través del servicio de electricidad”, enfatizó la politóloga.