EFE
Así lo anunció el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, en una rueda de prensa posterior a la reunión del Gobierno y en la que descartó cualquier ataque al derecho a la huelga.
“No se trata de ningún atentado al derecho a la huelga, pero en Italia la cultura está dentro de los servicios públicos esenciales. No decimos que no se puedan celebrar asambleas, pero si pago dinero por un billete y hago miles de kilómetros para visitar Italia quiero tener el derecho a hacerlo”, dijo el presidente del Gobierno.
Según Renzi, “no se trata de una derecho menos a los sindicatos, sino de un derecho más para los ciudadanos, una cuestión de sentido común”.
Por su parte, el ministro de Cultura, Dario Franceschini, explicó que con este decreto los lugares de cultura italianos tendrán la misma consideración que las escuelas, los hospitales o los servicios de transporte público.
Con esta medida, cambiará el método por el cual los sindicatos podrán convocar este tipo de asambleas y estos espacios no podrán cerrar completamente en el caso de que se celebre una reunión sindical, sino que tendrán que ofrecer servicios mínimos.
La polémica surgió durante la mañana de este viernes cuando numerosos turistas encontraron las puertas del Coliseo de Roma cerradas a causa de una reunión de sus trabajadores, por lo que tuvieron que esperar casi tres horas a los pies del monumento, el más visitado del país.
Esta asamblea ha mantenido cerrados también los Foros Romanos y otros monumentos importantes de la ciudad de Roma.
No es la primera vez que las asambleas sindicales provocan el cierre de algunas importantes áreas arqueológicas del país.
El pasado junio los sindicatos bloquearon la entrada a las ruinas de Pompeya a los turistas durante una hora y cuarto, obligándoles a esperar bajo el sol.
Estos episodios constituyen, según Renzi, “una mala imagen” del país que después “da la vuelta al mundo”, por lo que el propósito de su decreto es evitar que se repitan tales hechos.