No es el primer avistamiento, pero siempre el reptil suele estar más lejos del ruido que provoca la gente que en horas de la tarde utiliza este espacio para sus actividades físicas. El jakare fue objeto de filmaciones y tomas fotográficas, como es común cada vez que se deja ver.
Esta vez se lo vio sobre la bicisenda cerca del puente romano, que cruza sobre el arroyo Amambay, que alimenta este lago que sirve, además de un espacio de recreo, también para que las plantas de tratamiento de agua de Itaipú, como de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), la utilicen como fuente.
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Su avistamiento causa curiosidad en la población, aunque hay quienes temen que finalmente tome contacto con humanos provocando algún tipo de accidente, o viceversa: termine siendo depredado por personas inescrupulosas, como ya ocurriera hace dos años aproximadamente.
El reptil se está reproduciendo con éxito en el sector más pantanoso del lago. Por ordenanza municipal, la caza de este animal está prohibida y en varios sectores hay carteles que alertan de su presencia en el lugar.
Bomberos voluntarios intervinieron para devolver al animal al lago. El mismo estaba cerca del sector donde están las máquinas para hacer ejercicios.
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En febrero pasado, técnicos de la Itaipú Binacional realizaron una visita al Lago de la República con el objetivo de observar el estado de los jakare. Recordaron a los pobladores de la zona que no representan un peligro para la ciudad.
Los ejemplares de jakare salieron a tierra firme en busca de refugio, debido al desborde del Lago de la República tras las intensas lluvias registradas en aquella ocasión.
Los jakare se encuentran protegidos por la Ley 96/92 de Vida Silvestre, que prohíbe la caza y comercialización de animales silvestres.