22 sept. 2024

Japoína

El Congreso decide conformar una Comisión Investigadora contra el Lavado de Activos y su primera conclusión es que USAID, con sus 40 millones de dólares, ha venido a afectar severamente la gobernanza del país y ha herido de muerte su soberanía. Sus contratados y subcontratados pasan a ser cómplices y son sujetos de escarnio y menosprecio. “Bien merecido”, dicen los cartistas que podrán demostrar que su ex ministra de la Vivienda y ex mimada del actual presidente de los colorados recibió dinero de afuera con lo que construyó su candidatura presidencial. Todos los que hemos colaborado en luchar contra la corrupción, que es el verdadero factor de poder y líder de la gobernanza criolla, pasamos a ser, por lo menos, “conspiradores” contra la República. Me recuerda mucho las leyes e interpretaciones liberticidas en tiempos de la dictadura que las padecí, como muchos, en carne propia. En verdad, lo que creo de esta Comisión Investigadora, que no resiste la mínima investigación de sus activos y comportamientos, es tantear el terreno para establecer una dictadura. Sí, la que se quiere sostener sobre la base de la persecución de todas las organizaciones de la sociedad civil, como ya las hicieron Nicaragua y Venezuela. El pisoteo al mandato constitucional de una democracia participativa queda puesta en sospecha y sujeta de persecución. Ese es el objetivo y con ese propósito no les importa haber elegido presidente a uno que representa la corrupción en carne propia: Dionisio Amarilla, una especie de Diosdado Cabello criollo.

Si querrían saber sobre el impacto que tiene el lavado de activos hubieran empezado por Cartes, pero como a este no le pareció trascendente a la anterior Comisión Investigadora a su hermano del alma, Messer, al punto que desoyó todos lo pedidos de presentación ante ella, esto no pasará de ser un mecanismo de persecución, chantaje y delirio contra los opositores. Si fuera por la gobernanza, lo primero que tendrían que hacer es rechazar toda forma de ayuda que venga del exterior porque es sospechosa de desarrollar una agenda en contra de los intereses de la República. Deben hacerlo con los fondos de la UE, EEUU, Taiwán, Corea, Japón, Emiratos Árabes y otros países a los que nuestros gobiernos mendigan recursos, incluso para educar y sanar a su gente. Peña viaja hoy en un avión regalado por Taiwán que con ese nivel de pensamiento afecta severamente la gobernanza. Todo contratado local para sembrar alevines en estanques chinos pasan a ser cómplices de quienes con su dinero prostituyen los valores inmarcesibles de este país. Si quieren acabar con el lavado de activos bien pueden empezar persiguiendo a los ladrones de adentro que se roban 2 mil millones de dólares al año del Presupuesto como lo dicen los prestatarios BID y Banco Mundial. Si quieren ser más efectivos podrían combatir el contrabando de cigarrillos, drogas y otros recursos del crimen organizado que alcanzan la monstruosa suma de 22 mil millones de dólares anuales, o sea la mitad del PIB legal de este país. Claro, no lo van a hacer porque se cortarían la propia carne y ese no es el objetivo.

Si pretendieran acabar con el dinero sucio que se lava en campañas deberían investigar porque los recursos declarados ante el TSJE dan risa por la escasa relación con la realidad. Tampoco ese es el objetivo. No les molesta, además, revelar información de carácter tributario que ni la propia Hacienda se anima a hacer por su carácter ilegal y los costos que supondría una acción de este tipo. La CBI payasesca que tenemos acabará en lo que es su propia génesis: El escándalo. El daño a una Comisión del Congreso tampoco les molesta mucho debido al notable deterioro que llevan teniendo desde hace varios años, pero que nunca alcanzó el nivel actual.

Ni la gobernanza ni la transparencia y menos la lucha contra la corrupción les importa. La coherencia, ni hablemos, porque los propulsores del “Dios, patria y familia” condecoraron orgullosamente al presidente del Congreso israelí, un declarado gay y notable propulsor de la agenda LGBTI. Mientras, el robo escandoloso continúe, no lograran que la sociedad paraguaya se convenza de que pagar un simbólico 600.000 guaraníes por un curso anticorrupcion al gran referente del periodismo paraguayo Alcibiades González Delvalle hará dudar de su coraje ético y testimonio personal de lucha contra la dictadura. Solo queda decir en ese gráfico y elocuente guaraní: ¡Japoína!

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