Ciudadanos de esta urbe portuaria y familiares de las víctimas observaron un minuto de silencio en memoria de los fallecidos, en el momento exacto en que el seísmo sacudió Kobe y sus alrededores el 17 de enero de 1995.
Miles de linternas de bambú y papel fueron colocadas en el Parque del Este de Kobe para formar las cifras de la fecha “1.17", junto al término japonés “yorisou” (“juntos”), en recuerdo a los afectados no solo por el seísmo de hace 30 años, sino también por otros recientes desastres naturales, como el terremoto que sacudió la península de Noto el día de Año Nuevo de 2024.
Además del citado evento, se organizó un memorial en un auditorio público de la prefectura de Hyogo, donde se encuentra Kobe, al que asistieron unos 400 invitados entre los que estaban los emperadores de Japón, Naruhito y Masako, y representantes del Ejecutivo central y regional.
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El portavoz del Ejecutivo, Yoshimasa Hayashi, destacó hoy en rueda de prensa la importancia de “mantener vivo el recuerdo del desastre y aprender de él”, con vistas a mejorar la preparación de un país que es uno de los más frecuentemente castigados por terremotos en el mundo.
Además de los 6.400 fallecidos, el terremoto dejó 43.800 heridos y destruyó o dañó parcialmente 640.000 viviendas. Los incendios provocados por el seísmo destruyeron asimismo 7.574 edificios.
Gestión de crisis
La respuesta inicial de las autoridades a la hora de gestionar los más de 300.000 refugiados que dejó el seísmo fue muy criticada en la época y llevó al Ejecutivo a aprobar protocolos de respuesta más ágiles y basados en planes de preparación a nivel regional y local, además de a crear un centro de gestión de crisis en la oficina del primer ministro.
Además, en 1995 se aprobó una nueva normativa inmobiliaria nacional que exigía que todo nuevo edificio construido debía contar con medidas estructurales antisísmicas, además de obligar a realizar reformas en construcciones más antiguas no dotadas con medidas de ese tipo en base a una legislación anterior de 1981.
A raíz del terremoto también se adoptó otra ley que preveía la asistencia financiera a residentes de zonas afectadas por desastres, y se generalizó la contratación de seguros particulares para daños por terremotos.
Fuente: EFE.