Una sorpresa similar se ha llevado la audiencia americana al revelarse que el candidato afroamericano a gobernador de Carolina del Norte por el Partido Republicano, Mark Robinson, hizo comentarios en un sitio para adultos, diciendo que disfrutaba ver porno trans. Todo ello a pesar de tener un posicionamiento “anti-ideología de género” en su discurso político. En efecto, el candidato Robinson se volvió viral por una aparición pública que hizo en el púlpito de una iglesia. Ahí dictaminó con vehemencia que hay solo dos géneros, el hombre y la mujer. Que todo lo otro era ofensivo para la familia.
No es la única vez que Robinson escandaliza a propios y extraños. Lo más llamativo ha sido que en el sitio porno el mismo se identificaba como el “negro nazi”. Hecho que se entiende perfectamente, pues en varias ocasiones ha adulado a Adolf Hitler, diciendo, por ejemplo, que preferiría mil veces vivir en la Alemania nazi que en Washington DC. En otras ocasiones ha dejado lívidos a los comentaristas aseverando que el esclavismo no era tan malo y que, si volviese a los Estados Unidos él, sin duda, compraría algunos.
Si Mark Robinson está hoy como candidato a gobernador por el partido republicano es porque recibió el apoyo del gran caudillo Donald Trump, quién en todo momento lo ha avalado. En un momento dado Trump se refirió a Mark Robinson como un nuevo Martin Luther King, pero “con esteroides”. Una comparación que es insultante por donde uno la mire. Luther King es uno de los gigantes de las luchas por la igualdad y la no discriminación, a la par de Mahatma Gandhi y Nelson Mandela. Que líderes tan influyentes como Trump pisoteen esa memoria, nos deja sin palabras.
En el marco de la campaña presidencial en curso la pregunta ahora es si las revelaciones sobre las sandeces de Mark Robinson pueden restarle votos a Trump. El “negro nazi” va muy probablemente perder la carrera por la gubernatura, pero la interrogante es si va a dañar la boleta presidencial también. Esto es importantísimo, pues se trata de uno de los siete estados pendulares que tiene mayor número de electores (16) a la hora de votar para presidente. Si Harris gana Carolina del Norte y le suma a eso Pensilvania, Michigan y Wisconsin, la elección está ganada.
Estos son los momentos más duros para las campañas. El promedio de las encuestas a nivel nacional le da una leve ventaja a Harris de 49% contra 47% para Trump. En los estados pendulares, la situación es muy difícil, pues están prácticamente empatados en Arizona, Carolina del Norte, Nevada, Georgia, Wisconsin y Pensilvania. Solo en Míchigan, Harris se desprende un poco con 50% contra 47% de Trump. Ya todos los votantes comprometidos están prácticamente asegurados y la batalla actual es para llegar a lo que estiman es un 18% del electorado que todavía no ha tomado una decisión. Los decididos ya son mucho más difíciles de mover. Es probablemente por eso que ni el debate, que la opinión pública dice ganó Kamala, ni el último evento del tirador que se había arrimado al club de golf de Trump han afectado de manera notoria las encuestas. Según el New York Times, ese 18% que mencionamos se compone aparentemente de un electorado joven, afroamericano e hispano de estratos económicos bajos, entre quienes el tema del costo de vida, la credibilidad de los políticos, y la falta de claridad sobre sus propios posicionamientos van a generar una situación en la que o no vayan a votar o cambien de parecer en el propio local de votación.