"Él es un criminal de guerra”, dijo Biden en respuesta a la pregunta de una periodista durante un acto en la Casa Blanca.
Hasta ahora, el Gobierno estadounidense había evitado usar ese término para referirse a Putin, aunque la vicepresidenta Kamala Harris dijo la semana pasada que debería haber una investigación sobre la posibilidad de que Rusia haya cometido crímenes de guerra en Ucrania.
Poco después de las declaraciones de Biden, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló que el presidente “estaba hablando desde el corazón y con relación a lo que ha visto por la televisión”.
“Y esas son acciones bárbaras de un dictador brutal durante su invasión de un país extranjero”, añadió Psaki durante su rueda de prensa diaria.
La portavoz matizó que por ahora el Departamento de Estado no ha hecho una declaración formal que acuse a Rusia de haber cometido crímenes de guerra, y que la revisión “legal” sobre ese tema “sigue en curso” en la sede de la diplomacia estadounidense.
Estados Unidos aseguró a principios de este mes que está “documentando” los ataques rusos en Ucrania y su impacto en la población civil para asegurar que Rusia “rinda cuentas” en caso de que se determine que ha cometido crímenes de guerra.
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Tras el ataque ruso a la central atómica ucraniana de Zaporiyia el pasado 4 de marzo, la Embajada estadounidense en Ucrania describió esa agresión como un “crimen de guerra”.
Sin embargo, la Casa Blanca evitó referirse a lo ocurrido en esos términos y el Departamento de Estado pidió a sus embajadas en todo el mundo que no difundieran el tuit de la legación en Ucrania que utilizaba esas palabras.
La semana pasada, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió un portal para contactar con testigos, tanto de Ucrania como de otros países en los que el tribunal tiene abierta una investigación, que puedan aportar evidencias de crímenes de guerra o de lesa humanidad.