En la práctica, las nuevas reglas dificultarán la producción de vehículos de gasolina e impulsarán la venta de vehículos eléctricos, una de las grandes apuestas de Joe Biden para combatir la crisis climática, explicaron a la prensa altos funcionarios de la Administración.
En agosto de 2021, Biden ya anunció medidas para que en 2023 el 50% de todos los vehículos (incluyendo carros, todocaminos SUV, furgonetas y camionetas) vendidos en el país fueran eléctricos.
Sin embargo, ahora el Ejecutivo ha decidido ir aún más lejos y endurecer los estándares de emisiones porque cree que es posible conseguir mayores avances, ya que la propia industria automovilística ha aumentado sus inversiones en vehículos eléctricos durante los últimos años.
De hecho, la venta de vehículos eléctricos se ha triplicado y el número de modelos disponibles se ha duplicado desde que Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés).
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Además, ya hay unos 130.000 cargadores eléctricos públicos en las carreteras del país, un incremento del 40% con respecto a 2020.
Durante una llamada con la prensa, el administrador de la EPA, Michael Regan, describió los nuevos estándares como “los más duros” fijados jamás por el Gobierno federal para reducir las emisiones del transporte y reconoció que las nuevas metas son “ambiciosas”, aunque consideró que se pueden cumplir.
Además, Regan aseguró que el Gobierno tiene previsto seguir conversando con los fabricantes de automóviles para favorecer la transición a los modelos eléctricos.
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De hecho, queda por ver cómo reaccionarán a este anuncio los grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos como General Motors (GM), Ford y Stellantis, quienes en los últimos meses ya han anunciado inversiones milmillonarias para electrificar lo antes posible sus gamas de vehículos.
Según el Gobierno estadounidense, los nuevos estándares evitarán que se emitan al aire 10.000 millones de toneladas de CO2, el equivalente a más del doble de todas las emisiones de dióxido de carbono en 2022 en Estados Unidos.