14 feb. 2025

Joven anda con chaleco antibala por amenazas de gavilla que lo asaltó


Un joven debe andar con chalecos antibalas durante todo el día desde hace 4 meses, por las amenazas que sufre de los miembros de una gavilla que lo asaltó en junio pasado, mientras que otra víctima ya abandonó Ciudad del Este, por miedo.

amenazado

Redacción / HORA DEL ESTE

La impunidad estaría dando alas a una gavilla que luego de asaltar, sigue acechando a sus víctimas.

Es el caso de Darío Ramírez Bazán y José Agustín Servián Ibarra, quienes fueron asaltados el 15 de julio del año 2010, en un motel ubicado en el barrio Pablo Rojas por cuatro hombres armados.

La misma gavilla asaltó en 5 oportunidades a Servián Ibarra, quien era funcionario del local hasta el lunes último, día en que renunció y abandonó Ciudad del Este, según relató ayer Darío a un periodista de este diario.

EL ASALTO. Los marginales fueron reconocidos unos días después por las víctimas. El día del atraco, los delincuentes robaron cerca de un millón y medio de guaraníes al funcionario del reservado y una motocicleta a Darío Ramírez Bazán.

Hasta el momento sólo fue detenido líder Benítez Dávalos, aunque los otros fueron reconocidos e identificados como Julio Espinoza y Antonio Espinoza, además de un cuarto que no pudo ser identificado, según el afectado.

VECINOS. Los delincuentes frecuentan el asentamiento Belén, ubicado en el mismo barrio donde consumaron el robo y los agentes policiales conocen quiénes son, pero afirman que no tienen orden judicial para detenerlo, relata Darío al señalar su impotencia.

Indicó que debe andar con chalecos antibalas todo el día, porque reciben constantes amenazas de muerte para que dejen de denunciar el caso.

José Agustín fue agredido el domingo pasado en un balneario del barrio Santa Ana de Ciudad del Este, por los mismos atracadores, pero aunque en el lugar había tres efectivos policiales realizando custodia tampoco tomaron medidas, según indicó ayer Darío. Este señaló que eso motivó que su circunstancial compañero resolviera dejar su trabajo y abandonar la ciudad.

Ayer, esperaba una orden de detención que debía ser firmado por la fiscala Carolina Rosa Gadea, para entregar a la Policía, cuando se entrevistó con miembros de la prensa.