La mañana soleada del viernes 11 de noviembre encontró a César Rodríguez Mereles en su puesto de trabajo, en el Mercado N° 4 de Asunción, con una fuerte carga de emociones; no podía ocultar la alegría y sobre todo la ansiedad. Ese día esperaba a técnicos de la Fundación Tesãi que le traían desde Ciudad del Este la nueva y anhelada prótesis en busca de mejorar su calidad de vida.
Por fin dejaría la pierna sustituta que reparó él mismo en un taller mecánico. El hierro original de su prótesis, provisoria casi eterna, con el correr del tiempo comenzó a gastarse, entonces decidió realizar las adecuaciones.
Recurrió a la soldadura, utilizó además chapa y goma para cambiar la zona inferior y la planta del pie; necesitaba de ese sostén para seguir desplazándose, viajar en colectivo desde su casa en J. Augusto Saldívar y llegar hasta el mercado para trabajar en un local de verdulería. Por la falta de tiempo y energía en cuanto al recorrido que demandan los trámites burocráticos de las instituciones estatales, cuenta que no podía concretar el cambio. César tiene 28 años y perdió la pierna en un accidente en moto cuando tenía 22.
CAMBIO. La espera culminó. Los técnicos llegaron hasta César y empezaron a realizar los ajustes para la colocación de la prótesis hecha de fibra de carbono. El proceso lo realizaron en el pequeño espacio de su puesto, en el hacinado y viejo edificio, donde fueron reubicados los comerciantes de la feria Aragón, salón incendiado en agosto pasado.
Los comerciantes de todo el entorno y transeúntes se detenían a mirar el proceso de colocación de la prótesis en el estrecho pasillo. “¿Opyta porãmapa (Ya quedó bien)?”, preguntaba impaciente una menudita vendedora de avanzada edad, quien se apoyada en un palo de escoba, que usa como bastón, se agachaba para supervisar el trabajo.
“¡Buena esa, rubio!”, exclamó un amigo, quien se acercó a darle palmaditas en la espalda celebrando la donación que recibió.
Entre los principales beneficios de la nueva prótesis, los técnicos citaron que ayudará a la columna, pues la de fabricación casera ya tenía un desnivel que lo obligaba a caminar de manera inclinada. Al lograr adaptarse al cambio, expresan que el desplazamiento será más dinámico, ya que la pierna de hierro le generaba un desgaste de energía extra.
“Estoy muy feliz, en serio. La nueva prótesis me será de mucha ayuda en lo laboral y hasta estéticamente”, expresó César mientras marchaba por los pasillos para probar la nueva prótesis. Suspiraba un poco y dejaba escapar algunas lágrimas. Luego se acomodó para posar ante la cámara y lejos de amilanarse se mostró fortalecido y exhibió ambas prótesis como símbolo de resistencia. “¡Esa es la actitud, viejo!”, le dijo el reportero gráfico de ÚH, Rodrigo Villamayor, mientras captaba la imagen.
- Legalmente, estoy muy feliz y agradecido. Esta nueva prótesis me será de mucha ayuda en lo laboral y hasta estéticamente.
- Hace tiempo que quería cambiar mi prótesis provisoria, pero para eso tenía que ir a muchos lugares para poder gestionar. César Rodríguez Mereles.