En el marco del tercer día del Novenario de la Virgen de Caacupé y luego de la ya tradicional Peregrinación Nacional de Jóvenes, cientos de ellos elevaron su voz ante las tantas injusticias y dolores que el pueblo vive a diario.
“Muchos dolores son producto de sistemas públicos en los que estamos insertos y la realidad que nos duele no nos deja indiferentes porque la vivimos día a día, no la vemos por los noticieros simplemente, la vemos en la calle; en el transporte público, por ejemplo, que no amerita más subsidios porque no mejora, al contrario, cada vez está peor, sin horarios, sin mantenimiento, sin flota que alcance”, cuestionaron.
Igualmente se preguntaron por qué seguimos subsidiando algo que no sirve. También, abordaron la situación preocupante de los accidentes de tránsito, “que se volvieron una catástrofe día tras día”
“Algunas rutas y calles del país se han vuelto intransitables, causan muertes”, indicaron.
Tampoco dejaron pasar los hechos de nepotismo y la corrupción que “se ha vuelto un discurso repetido”.
“Muchos jóvenes estamos estudiando, o terminamos ya una carrera, pero no accedemos a puestos de trabajo, porque los que hay son ocupados por los “hijos de”, que, sin demeritar su capacidad intelectual, es injusto que no se haga el mismo procedimiento de selección con todos los postulantes. Cada apellido, cada persona está llena de dignidad y merece el mismo trato ¿Por qué normalizamos que tener poder público es tener privilegios?”, reprocharon.
Criticaron en las jubilaciones vip, los viajes, los combustibles vip, los seguros VIP, los salarios y los aumentos VIP “para algunos que ni siquiera trabajan”.
“Mientras tanto se dan rodeos para no otorgar una justa pensión a las personas con Discapacidad en situación de vulnerabilidad. Nos duele despedir del país a talentosos profesionales de distintas áreas, a lugares donde sufren humillaciones solo porque son extranjeros”, recriminaron.
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Por otro lado, expresaron el dolor que sienten al ver que el futuro del país está comprometido “a causa de la narcopolítica” y afirmaron que la protección política a las bandas criminales ya no es un secreto y la fragilidad de nuestras instituciones “han dado la cordial bienvenida a esta realidad en nuestro país”.
“Los casos de sicariato ya van formando parte de las noticias diarias. Llegamos a un punto en que normalizamos las muertes, y la violencia. ¿No les inquieta ver el país que dejan a sus nietos a causa de sus ambiciones?”, se preguntaron.
En otro momento, recordaron a los secuestrados por las bandas criminales. Consideraron que las malas decisiones y acciones del Gobierno de turno “hacen que los jóvenes tengan un futuro incierto”, sentenciaron
“Tenemos un Congreso que da lástima, con muy bajo nivel de conversación, poca capacidad de diálogo, y sobre todo nula intención de la mayoría, para velar por el bienestar de sus compatriotas, lo que vemos desde aquí, es que, sí…ellos sí ya están mejor”, siguieron reprochando.
Homilía nocturna del sábado
Durante la homilía, monseñor Pedro Jubinville, obispo de San Pedro, bajo el tema “Los jóvenes, con su entusiasmo y creatividad, representan la alegría y la esperanza para la Iglesia y el mundo, llamados a ser protagonistas de un futuro mejor”, se hizo eco de las etapas delicadas de los jóvenes como la angustia, la ansiedad y los miedos.
“La juventud no es todo farra y sonrisa. Hay muchas etapas delicadas a vivir y es un tiempo de muchas vulnerabilidades”, dijo y pidió a los adultos a estar y escuchar.
“Estar conscientes de sus propias experiencias, pero no dominar la conversación, más bien ayudar a los jóvenes a contar las suyas. No asustarse por las diferencias, ni las crisis, que son de este tiempo, no del suyo. Escuchar, escuchar, escuchar, con compasión, para que en este espacio los jóvenes tomen confianza y descubran sus dones”, reflexionó.