Hace 40 años, don Rafael Ayala se inició en su oficio acompañado de su bicicleta, fiel compañera con la cual recorre toda la ciudad y sus compañías.
Don Ayala es viudo y la mayoría de sus hijos viven en Buenos Aires, Argentina. Comentó que tiene poco contacto con ellos y que vive con uno de sus hijos en Villa Primaveral de San Ignacio, Departamento de Misiones.
Si bien cobra su pensión de la tercera edad, usa el dinero en su totalidad para comprar carne, pues dice que ese alimento le da las fuerzas para realizar su trabajo. Por la falta de heladera, le pedía a sus vecinos que le guardaran su carne.
“Vimos su historia en las redes sociales y decidimos organizarnos para cumplir su sueño, compramos la heladera que él nunca tuvo en sus 86 años de vida. Ayer cerramos la calle de su casa, nos juntamos y llegamos hasta su casa a las 20:30 en forma sorpresiva, él estaba cenando”, expresó Adrián Giménez, miembro de la Asociación de Ciclistas de San Ignacio.
Agregó que los vecinos salieron a mirar, porque querían saber qué pasaba. Jóvenes de la comunidad le llevaron serenata, y allí los miembros de la Asociación de Ciclistas le entregaron la heladera, una torta, víveres y un ventilador.
Giménez mencionó que este viernes le limpiarán y pintarán su casa, le instalarán el ventilador y le llevarán otras cosas que le hacen falta. La historia del abuelo se hizo conocida gracias a que el joven Eduardo de Jesús, de la comunidad, lo entrevistó en su página de Facebook y dio a conocer su situación. En el programa, don Rafael Ayala dijo que soñaba con tener una heladera.