En la tradición católica, el Jubileo o Año Santo es un tiempo dedicado “a consolidar la fe y la solidaridad”, durante el cual la Iglesia concede indulgencias o el perdón de los pecados a todos aquellos que hagan obras de caridad y atraviesen algunas de las Puertas Santas: en San Pedro o en las otras basílicas romanas.
Fue el papa Bonifacio VIII quien anunció el primer Jubileo ordinario de la historia de la Iglesia en 1300, con la intención de promover un movimiento de espiritualidad, perdón y fraternidad contra el odio y la violencia que dominaban la época.
Tras varios cambios, Pablo II, con la Bula de 1470 Ineffabilis Providentia , estableció que se celebraría cada 25 años, porque este intervalo se aproxima a la duración de una generación.
El primer Año Santo ordinario del papa Francisco –aunque ya instituyó uno extraordinario en 2016 dedicado a la misericordia– comenzará el próximo 24 de diciembre, cuando se abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro antes de la Misa del Gallo y se cerrará el 6 de enero de 2026.
Las otras Puertas Santas de Roma se abrirán el 29 de diciembre en San Juan de Letrán; el 1 de enero en Santa María la Mayor y el domingo 5 de enero de 2025 en San Pablo Extramuros sin la presencia del Papa, pero como acto excepcional, Francisco acudirá también a la prisión romana de Rebibbia para la apertura de otra Puerta Santa el 26 de diciembre.
El tema de este Jubileo es la esperanza y el Papa ha subrayado “la necesidad de dejar espacio a la esperanza en un tiempo en el que a menudo hay personas descorazonadas que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles la felicidad”.
Pero además, para este año, Francisco ha pedido a los gobernantes que condonen o al menos reduzcan notablemente la deuda de los países más pobres y eliminen la pena de muerte.
SIN RECULAR. El delegado del papa Francisco para la organización del Jubileo, monseñor Rino Fisichella, aseguró a EFE que el del Papa “será un empeño muy duro, pero no se ha echado atrás en nada”.
“Cuando en los últimos meses presenté el borrador del programa lo hablé con él y claro está, él participó con sus sugerencias, y lo primero que me dijo y que ya me había repetido en otras ocasiones: ‘No me echo atrás’”, explicó.
Además de centenares de iniciativas, son 26 los grandes acontecimientos jubilares en los que estará presente el Papa celebrando la misa, como el Jubileo de los enfermos y el mundo de la salud (5-6 de abril de 2025); el Jubileo de los Trabajadores (1-4 de mayo de 2025); el Jubileo de las Cofradías (16-18 de mayo de 2025) o el Jubileo del Deporte (14 y 15 de junio de 2025).
Aunque los más multitudinarios serán el de los adolescentes el 27 de abril, con la canonización del ya denominado santo de Internet, Carlos Acutis, y el de los jóvenes, del 28 de julio al 3 de agosto, cuando se darán cita en la explanada de Tor Vergata más de un millón de chicos y chicas.
Y por primera vez en la historia de la Iglesia, en la agenda del Año Santo habrá una peregrinación de una asociación que se ocupa del colectivo LGTBQ+ y de sus familias que también se ganarán el Jubileo pasando por la Puerta Santa el 6 de setiembre. En el anterior, Juan Pablo II calificó la marcha del Orgullo Gay en Roma como una “afrenta” al Jubileo.
El papa Francisco lamentó ayer la “crueldad” perpetrada en la Franja de Gaza, con “niños ametrallados”, tras el rezo del ángelus dominical, para después invocar un alto el fuego navideño en todo el mundo. “Con dolor pienso en Gaza, a tanta crueldad, a los niños ametrallados, a los bombardeos de escuelas y hospitales. ¡Cuánta crueldad!”, denunció desde su residencia privada y no desde la ventana del Palacio Apostólico a causa de un resfriado. Ayer mismo Francisco denunció que las autoridades israelíes habían negado el acceso a Gaza del Patriarca de Jerusalén de los Latinos, el cardenal Pierbattista Pizzaballa. “Ayer [viernes] bombardearon a niños. No es la guerra, es una crueldad. Y quiero decirlo porque es algo que me conmueve”, dijo en una audiencia con miembros de la Curia, el gobierno de la Santa Sede. Estas afirmaciones indignaron a las autoridades israelíes. “Los comentarios del Papa son particularmente decepcionantes, porque están desconectados del contexto real y concreto de la lucha de Israel contra el terrorismo yihadista”, reaccionó el sábado último la Cancillería israelí. “Basta ya de dobles raseros y de señalar al Estado judío y a su pueblo”, añadió. AFP