Solo tienes una vida.
Pero ganar no es el objetivo de Razor Wire, ni su diseño rudimentario, vertical y repleto de grandes pixeles que busca atraer a los amantes de los juegos retro de computadora.
“El cerco con alambre de púas ha estado colocado por tres años en la frontera eslovaca y pareciera que nos dejó de importar, pareciera que hubiéramos aceptado que es una realidad dada”, dijo Maja Cimerman, gerenta del proyecto en la oenegé Today is a New Day (Hoy es un nuevo día).
“Esto no ha hecho que los cruces sean imposibles (...), sino más peligrosos”, agregó.
Nueve inmigrantes se ahogaron mientras intentaban cruzar el río Kolpa el año pasado, contó Cimerman, una cifra confirmada por una portavoz policial. Tal vez las personas que murieron no sabían nadar o fueron sorprendidas por aguas profundas o fuertes corrientes, dijo.
Algunas secciones del cerco se construyeron en el 2015, cuando cientos de miles de personas que huían de la guerra y la pobreza en Oriente Medio, África y otras regiones atravesaban los Balcanes y Eslovenia en su travesía hacia estados más ricos de Europa occidental.
La ruta de los Balcanes fue sellada en el 2016 y el número de cruces ilegales hacia Eslovenia disminuyó fuertemente a cerca de 8.000 en los primeros 10 meses de este año, comparado con casi 500.000 en el periodo que va de octubre de 2015 a marzo de 2016.
Pero el cerco sigue en pie y ahora cubre unos 179 kilómetros de la frontera de 670 kilómetros de largo con Croacia.
Aunque no tan fuerte como en la vecina Hungría, por ejemplo, el sentimiento anti-inmigración ha aumentado en Eslovenia desde la crisis migratoria de 2015.
En junio, el partido antiinmigrante SDS logró una victoria arrasadora en una elección parlamentaria, pero debió quedar como oposición tras no lograr formar un gobierno de coalición.
La inspiración para el juego provino de los mismos inmigrantes, dijo Cimerman.
“Muchos refugiados (...) llaman a su experiencia ‘el juego’ porque tiene muchas trampas y obstáculos. Deben viajar de noche, deben evitar a la policía, son asaltados con frecuencia o sus documentos retirados por la policía y, muchas veces o regularmente, son enviados de vuelta a campos de refugiados”, agregó.
No hay final feliz en Razor Wire: cuando un jugador logra cruzar el río Kolpa y finalmente llega a la frontera eslovena es recibido por un cartel que muestra el alambre de púas y no le permite avanzar.
“Muchos de ellos probaron ‘el juego’ 10 o más veces y siguen intentando hasta entrar a Europa”, dijo.
Cimerman considera que los refugiados son un chivo expiatorio para el Gobierno.
“Es más fácil para el Gobierno lidiar con los inmigrantes y crear una sensación de que los refugiados son una amenaza para nosotros que de verdad lidiar con los problemas reales”, afirmó.